Los VIPS son establecimientos comerciales especialmente dedicados a la restauración y a la venta de libros, prensa y objetos de regalo. Pueblan las mas importantes localidades de España- también existe la enseña en México- y son muy concurridos por las clases medias. Hacen las veces de punto de encuentro dada su situación en plazas y calles importantes. Yo mismo los he recomendado para turistas y soy un cliente habitual creo que desde su fundación.
Hace menos de dos años se aprobó en España una ley que prohibía el consumo de tabaco en establecimientos públicos oficiales y comerciales. Tiene la ley una excepción en cuanto a los establecimientos de hostelería: restaurantes, bares y cafeterías en los que se permitía el consumo en determinadas situaciones. Por ejemplo cuando el establecimiento era inferior a 100 metros cuadrados o en los mas grandes cuando se separaban físicamente los recintos de los dos públicos, fumadores y no fumadores.
En los VIPS, por una decisión de la dirección que fue altamente aplaudida, se prohibió el consumo de tabaco. Se dijo entonces que en beneficio de la salud pública y de los clientes y no en último lugar de los propios empleados.
Hay que decir que VIPS es propiedad de Plácido Arango, desde hace pocos meses presidente del patronato del Museo del Prado y prohombre volcado en la proyección de una imagen pública cargada de sentido de la responsabilidad social. Responsabilidad Social Corporativa, así con mayúsculas, que la empresa proyecta hasta en la forma que tiene de reclutar personal.
Pues bien, desde hace poco tiempo, se vuelve a permitir el fumar públicamente en los establecimientos VIPS y en este caso, al contrario que en el momento de ser aprobada la ley sin la publicidad correspondiente del cambio. Entonces todo era apuntarse el tanto y hablar de sentido de la responsabilidad. Hoy discretamente, establecimiento a establecimiento para no llamar la atención. Incluso veo que pueden haber puesto en marcha una pequeña campaña en Internet con noticias que hablan de la vuelta a los restaurantes de antiguos clientes entusiasmados con la noticia. Algo así como si hubiera un clamor unánime por la marcha atrás. Incluso se argumenta con una caída de las ventas del 15%, algo curiosamente negado por los hechos y por las mismas publicaciones de la cadena,
Me dice un pajarito que la apuesta inicial por colaborar en la salud pública no fue sino un compromiso personal de Plácido Arango con la ministra de Sanidad de entonces, buena amiga personal y compañera de palco en actividades musicales. Que estaba en contra de tal medida la dirección de los establecimientos. Pero que una vez que la ministra ha desaparecido del ministerio se ha dado por cumplido y amortizado el acuerdo y que los VIPS no se sienten vinculados al compromiso del patrón.
No tengo que dar por bueno el argumento pues en el fondo me importa un pimiento. El caso es que se da un paso atrás en una posición muy buena comercialmente para VIPS y se recupera, en búsqueda de unos euros de mayor facturación, una práctica que en el fondo puede perjudicar a la casa pues, es mi caso, alejará a muchos clientes de los locales.
Si este blog fuese un blog militante pediría que todo el que esté en contra de la medida mandase cartas y correos electrónicos a la gerencia de los VIPS protestando- Grupo Sigla, calle Edison 4, 28006 Madrid, teléfono 902 423 423.
Para mí que tengo que lo mejor es dejar constancia del hecho y dejar que con su pan se lo coman.
Y en cuanto a la ley de consumo decir que ha sido un pequeño avance. A ver si el nuevo ministro se atreve a reforzar el cumplimiento de la misma. De nada sirven las leyes, por tímidas y pobres que sean, si no se cumplen. Ya lo decía Unamuno.
Para mi VIPS ha terminado. No se merecen mi confianza. Han abusado de mi credulidad. Han vendido la moto en su momento, se han apropiado de un capital de confianza y al cabo de menos de dos años han despreciado al público. Ya pueden dar todas las explicaciones del mundo que no conseguirán recuperar la confianza.
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