24 de noviembre de 2006

EL BURKA Y EL NIYAB


Never Gonna Cry Again 1, originally uploaded by NeverB4Breakfast.

En Holanda, cuna del multiculturalismo, se está a punto de prohibir el burka y el niyab, las dos formas más extremadas de la costumbre musulmana para sus mujeres que consiste en cubrirse la cabeza y la cara por entero.

Parece como si el velo fuera el icono o la piedra de toque donde depositar todos nuestros miedos y obsesiones en torno al peligro de los extremismos musulmanes. Ni siquiera la práctica de la amputación del clítoris provoca, y es raro que las cosas sean así, tanta pasión y reglamentos.

En España es posible que el fenómeno de la prohibición no llegue a producirse. Pero no por falta de ganas de nuestros intransigentes “matamoros” que son legión en los medios de comunicación y en las ondas catódicas- he dicho catódicas, no católicas. La cuestión es que aquí, en España, es raro ver a mujeres o a Michael Jakson con tales tocados como no sea en Marbella subidas a los Rolls Royce de los potentados saudíes o en películas de Almodóvar como en aquella, creo que era Laberinto de Pasiones, en la que la protagonista se preguntaba “¿Qué le he hecho yo al mundo árabe?

Ni los Reyes Católicos fueron tan radicales en cuanto a la prohibición de ropas y costumbres. En las Capitulaciones de Granada, 1492, y en el viejo castellano de época Isabel y Fernando, tanto montan, se comprometían a Que sus altezas y sus sucesores para siempre jamás dejarán vivir al rey Abí Abdilehi y á sus alcaides, cadís, meftís, alguaciles, caudillos y hombres buenos y á todo el común, chicos y grandes, en su ley, y no les consentirán quitar sus mezquitas ni sus torres ni los almuédanos, ni les tocarán en los habices y rentas que tienen para ellas, ni les perturbarán los usos y costumbres en que están.

Algunos años después, un ministro italiano de nuestro Carlos III, el italiano Squilacce, llamado en España Esquilache se propuso, al despótico e ilustrado estilo, cambiar la forma de vestir de los españoles y no se le ocurrió otra cosa que lanzar un edicto- bando con este divertido texto:
"...Ninguna persona de cualquier calidad, condición y estado que sea, pueda usar en ningún paraje, sitio o arrabal de esta Corte y reales sitios ni en sus paseos o campos fuera de su cerca el citado traje de capa larga y sombrero redondo para el embozo; pues quiero y mando que toda la gente civil y de alguna clase, en que se entiende, todos los que viven de sus rentas o haciendas o de salarios de sus empleos o ejercicios honoríficos y otros semejantes y sus domésticos y criados que no traigan librea de las que usan, usen precisamente de capa corta (que al menos les falte una cuarta para llegar al suelo) o de redigot o de peluquín o pelo propio o sombrero de tres picos, de forma que de ningún modo vayan embozados ni oculten el rostro; y por lo que se refiere a los menestrales ya todos los demás del pueblo, aunque usen de la capa sea precisamente con sombrero de tres picos o montera de las permitidas al pueblo ínfimo y más pobre o mendigo, bajo la pena por primera vez de seis ducados y doce días de cárcel, por la segunda doce ducados o veinticuatro días de cárcel.."
Lo que sucedió entonces se conoce como el “motín de Esquilache” . Las razones que invocaba Esquilache no eran otras que las de la modernidad y el orden público contra las cavernarias costumbres castizas de los ignorantes españoles de entonces.

Hoy la batalla está planteada en los mismos términos: modernidad e ilustración contra costumbres atávicas.

Yo, que quieren que les diga. Creo que el uso de velo debería ser prohibido en algún tipo de actividad. Por ejemplo no creo que fuese apropiado escuchar a una jueza leer su veredicto con el rostro totalmente cubierto. Ni a un guardia civil en la carretera parándote para ponerte una multa en tal guisa. Tampoco me parece edificante una maestra o un médico con velo. Pero en cuanto a prohibir que algunas personas prefieran usar los hábitos que les venga en gana me parece que es meterse en camisa de once varas. Las particularidades vestimentarias no deberían ser materia de penalización. Y menos en un país donde los que peinamos canas hemos visto a nuestras abuelas con el manto en la cabeza y a nuestras tías con peineta y mantilla cubriéndoles la cara.

En cuanto al pañuelo o hiyab que cubre solamente la cabellera, de verdad que no encuentro motivos, no ya para prohibir, ni siquiera para considerarlo una amenaza a nuestra estética. A mi me gustan las chicas con su pañuelito o por lo menos no me causan el menor transtorno. Pero por lo que se vé hay algunos que lo del pañuelo les despierta alguna fantasía erótica sadomasoquista. Ya es hora de que salgan del armario. Hoy, esta sociedad, es capaz de entender todas las personalidades sexuales. Pero, eso si, sin esconderse detrás de la pureza.

18 de noviembre de 2006

Excursiones desde Madrid: La Granja de San Ildefonso





calles cruzadas y colores
Originally uploaded by angel14.

Si quisiéramos revivir en el presente las formas de vida estamentales de la Castilla de los siglos medievales nada más fácil que hacerlo desde La Granja de San Ildefonso. La villa abajo, la corte y el palacio arriba y los burgueses y el pueblo llano repartidos por la trama urbana de la ciudad. Los Borbones hicieron de La Granja el paraíso del barroco. Músicos, cantantes y artistas iluminaban la corte estival con sus magníficos espectáculos de luz y de color que diría la genial Marisol . En el palacio, en los jardines y las fuentes se construían decorados y escenas que permitían desarrollar la lánguida imaginación de unos monarcas y unos cortesanos que ya padecían un anticipo del spleen moderno. Pero también fueron capaces de desarrollar industrias como las del cristal y atraer técnicas y formas de hacer que llenaron de encanto las mesas y las alacenas de las clases ricas e ilustradas del XVIII.

Hoy en día siguen perviviendo las formas y los comportamientos sociales de entonces. Salvo los reyes y la alta nobleza que solo aparecen por el palacio en fechas señaladas y cuya representación la tiene ahora una institución llamada Patrimonio Nacional, que aunque suena
e a película de Berlanga, es dueña de haciendas y patrona de decenas de trabajadores que cuidan del palacio y de los reales negocios, cuando paseas por la villa te puedes encontrar a los nuevos clérigos que adoptan la forma de intelectuales en retiro, a los nuevos siervos, trabajadores e inmigrantes al servicio de los nuevos señores y a los cortesanos modernos que no son otros que aquellos que siguen manteniendo el privilegio de tener en alquiler los pisos y las antiguas estancias propiedad de la corona con unas rentas bajísimas y que proceden en su gran mayoría de las castas funcionariales del antiguo régimen.

Señores y señoras de fina estampa sentados en los sillones de mimbre de las terrazas con sus jerseicitos de cachemir, sus panamás y los zapatos de piel de potro a la medida alternan con hijos e hijas disfrazados casi siempre de excursionistas de la Institución Libre de Enseñanza y con nietos y nietas jinetes con botas de espuelas y practicantes del noble deporte del polo. Normalmente hablan en contra del gobierno, en las épocas en las que el gobierno es socialista y del tiempo cuando en Moncloa se sienta uno de los suyos. Viven en La Granja de mayo a octubre y suelen acercarse los fines de semana del invierno. Son la columna vertebral del nuevo sistema de castas de la vieja ciudad y se consideran a si mismos la crème de la crème. El conservadurismo y la ranciedad de los decrépitos patriarcas se compensa con un cierto toque progre de los hijos y se amansa con el neopijerio de las nuevas generaciones cuyo mayor grado de compromiso social consiste en compartir las listas de reproducción de sus flamantes Ipod a lo Borjamari.

Coexistiendo con la noble casta de los paniaguados y poco a poco haciéndose los dueños del ambiente vemos a unas nuevas clases medias de profesionales y empresarios madrileños todavía en activo que han sido capaces de cambiar el paisaje humano de La Granja con uniformes y hábitos de vida algo menos ancestrales. El jersey de pico, la camisa de cuadros discretos, el pantalón de pana y el cuatro por cuatro son sus señas de identidad. Comparten cenas y tertulias de matrimonios y entre ellos surgen negocios y afinidades que luego llevan a la ciudad. Sus hijos son jóvenes más preparados que los neopijos de los que hablábamos antes y suelen tener ciertas aficiones artísticas que les hacen más presentables en sociedad. Algunos hasta llevan piercings y discretos tatuajes canallas que les convierten de alguna forma en los bohemios que sus padres quisieron ser de jóvenes. No dependen del alquiler de pisos y apartamentos del Patrimonio Nacional y mantienen las casas abiertas todo el año, aunque solo acuden los fines de semana y una pequeña temporada en verano.

Los menestrales, los trabajadores y modernos sirvientes han alcanzado unas cotas de prosperidad nunca vistas en tan noble y real sitio. Aun manteniendo un cierto aire de sutil servidumbre ante los antiguos superiores se les nota que van conquistando zonas de libertad- prácticamente toda la ciudad baja es suya- y que incluso se convierten en los nuevos propietarios y en las clases mas productivas de la zona. Se han apropiado de los comercios y los bares y apenas dejan hueco para que los diletantes “madrileños” abran nuevas alternativas comerciales, quitando alguna que otra librería de operístico nombre y alguna tienda de vinos que deben estar sufragadas por alguna institución turística benefactora mas que por sus escasas ventas a la vista del movimiento, es decir del no movimiento, que se percibe.

Dicho lo anterior que nos ha servido para demostrar que detrás de todo el escenario al servicio de los visitantes existe una riquísima realidad social y un excitante parque temático antropológico diremos algo de lo que pueda
resultar atractivo al visitante de unas pocas horas:

-unos jardines hermosísimos enclaustrados en un bosque maravilloso. Merece la pena acercarse a La Granja, en cualquier estación del año para disfrutar de una naturaleza que, aunque encorsetada en un orden barroco, nos acerca al conocimiento de los mejores espacios naturales del sistema central de España: los Pinares de Valsaín, las caídas de agua de la ladera norte, los paseos por los bosques de castaños del parque, los jardines florales y las enormes praderas. Entrar a La Granja por Navacerrada, las siete revueltas y la Boca del Asno es como hacerlo por un largo y enorme arco triunfal de la naturaleza. Recorrer los bosques mediterráneos de Riofrio una suerte reservada a pocos. Solamente por ello merece la pena el viaje.

-los palacios, dependencias reales e iglesias nobles. Que quiere que le diga. Son bonitos, delicados en ocasiones, curiosos a veces pero no llegan en magnificiencia a otras muchas joyas asequibles y de las que se puede disfrutar viviendo o estando en Madrid. La muy cercana Segovia contiene suficientes monumentos para llenar el interés de los aficionados a las piedras. Pero es verdad que el patrimonio arquitectónico de La Granja complementa muy bien el de la naturaleza tanto boscosa como ajardinada y de ahí la gracia del conjunto.

-las calles y el caserío de la parte baja. Para mi gusto una belleza en la que se alternan las nobles trazas de antiguas residencias familiares, de serranos y sobrios edificios públicos y de sencillas casas de pueblo en una especie de mixtura gustosa, anárquica y muy particular.

-las posibilidades gastronómicas. No voy a ser muy explícito en esta materia y prefiero dar consejos en positivo: llévese la comida de casa. Algún sitio algo interesante para comer exige reserva previa o formar parte de la casta dominante de la ciudad. Si acaso llegas a alguno de estos establecimientos ingenuamente, sin tal requisito, puede que te miren, en el caso de que se dignen mirarte, con tal suficiencia y conmiseración que te dejen planchado por unas horas. Esto no significa que se coma mal. En cualquier sitio le pondrán buena comida pero no es el premio que un visitante se merece. Eso se tendría que dar por descontado. Están a punto de abrir un nuevo Parador Nacional. Espero que esto sea un revulsivo para animar el precario ambiente de servicios gastronómicos. Si usted no se rebaja a la vulgaridad de la tartera doméstica, acérquese a Torrecaballeros, un pueblo cercano, donde podrá disfrutar de suculentos asados y otros manjares en el marco y con los servicios adecuados. Yo le recomiendo la Posada de Javier. Pero también son recomendables para estos menesteres otras villas y ciudades próximas, incluyendo la misma Segovia, como Turégano y Pedraza.

11 de noviembre de 2006

Mirambel


Mirambel
Originally uploaded by angel14.
Una palabra, un nombre: Mirambel. Resuena en tu memoria. Lo ves en un mapa, dudando sobre la mejor ruta entre Alcañiz y Teruel. Te preguntas ¿de que me suena? Por qué no dejo de sentir escalofríos pronunciando esa palabra? No puedes sustraerte al misterio de un nombre y decides recorrer un paisaje que nunca conociste: el Maestrazgo. Otra palabra mágica. Vas por una carretera bellísima en otoño. Atraviesas pantanos de aguas verdes esmeralda y túneles donde se ve todavía la marca de la piqueta y del barreno, con goteras y te imaginas que hasta estalactitas. Árboles de todos los colores, valles y barranqueras. La carretera prosigue y en un momento pasas del Reino de Aragón al de Valencia. Lo notas por que la carretera, de buena calidad en Aragón, se llena de baches y de curvas. El paisaje cambia sutilmente: ya no ves tantos árboles, ya no hay vacas y cabras sujetas a los pequeños prados de las bajantes. Empiezas a ver terrazas de claro origen morisco y un paisaje mas duro, mas afilado y pobre. Pero de esa pobreza, de ese paisaje algo legionario, surge Mirambel. Estás otra vez en la geografía política de Aragón.

Los templarios fueron dueños de este hermoso pueblo medieval. Alguna magia debieron encontrar para establecerse allí. No creo que fuese solamente el hecho de ser buena cabeza para gobernar esa región a caballo entre el cristiano Reino de Aragón y los Reinos Moros de Valencia. Acaso su soledad. Pero puede que su nombre contenga el misterio. Pronuncias Mirambel muchas veces, de fuera para adentro. De tu cuerpo hacia tu alma. Y descubres el secreto de la melancolía. Hasta crees que tu corazón destila poesía.

Paseo por sus calles empedradas, contemplo los balcones de madera y yeso labrados de las monjas. Las calles revueltas con el campo. El peso de la niebla, de la boira, cargando sobre los muros. Miro con que cariño se han restaurado las viejas casonas. Como todo suena a autentico, al revés de lo que sientes cuando visitas villas mas afamadas como Albarracín, por ejemplo (y que me perdonen los de ese pueblo admirable por tantas cosas). Los aleros de madera, los artesonados de los soportales de la iglesia. El color añil de recuerdo moro que te conmueve en algunas casas. Tantas piedras bellas, tantas imágenes que añaden luz a la palabra, música al nombre: Mirambel, mirambel. Ya tienes el secreto.

Luego sabrás de más cosas. Que aquí rodó Ken Loach “Tierra y Libertad”. Que por aquí anduvo Baroja para escribir de las guerras carlistas.

Pero tú crees que has sido el primero en arrebatarle el secreto a la palabra:
Mirambel, mirambel, mirambel

2 de noviembre de 2006

Contra los muros

El muro




Bush ha aprobado la construcción de un muro de mas de 2000 Km. para evitar el cruce de la frontera a los trabajadores del sur que cruzan desde México.

El gobierno israelí está empeñado en aplastar con toneladas de cemento cientos de caminos y carreteras locales en Cisjordania.

El gobierno de Marruecos lleva más de veinte años gestionando una línea de muros de arena que separa a las comunidades nativas del Sahara Occidental.

Las líneas fronterizas de las plazas españolas de soberanía en el norte de África: Ceuta y Melilla, son hoy sofisticadas instalaciones de control que impiden el paso a millares de subsaharianos que pretenden entrar en el paraíso occidental.

China pretende construir centenares de muros que impidan el desbordamiento de su frontera con Corea del Norte y el paso de cientos de miles de refugiados de la nueva potencia nuclear.

Las fronteras interiores de Sudán en Darfur son cerradas a cal y a canto a la presencia de informadores que den fe del genocidio que se comete diariamente contra las poblaciones del sur.

Hoy los gobiernos ingles, español e italiano deciden prorrogar en dos años las limitaciones de acceso a sus mercados laborales de los trabajadores rumanos y búlgaros aun después del ingreso de esos países en la Unión Europea.

En el 89 el muro de Berlín, el famoso Telón de Acero caía derribado por una insurrección popular y pacifica.

La Gran Muralla china permanece de pie dando cuenta del intento de evitarle a China el contacto con los mongoles. El daño que el coste de tal monumento supuso al campesinado chino fue considerado en su momento como la mayor locura financiera de la historia. En sus pilares quedaron enterrados más de cuatrocientos mil trabajadores esclavizados.

Hoy la locura de los muros, la muromanía causa estragos en la política internacional. Al tiempo que muchas fronteras desaparecen a causa de los acuerdos políticos y la globalización otras surgen y crecen amparadas en la creencia de que unas piedras, unos mecanismos electrónicos, harán posible resolver las crisis migratorias.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...