Jesús Polanco representaba mejor que muchos el éxito de la transición política española desde el franquismo a la democracia. Por primera vez aparecía en España un tipo de editor a la americana. Sin enfeudamientos a la clase política ni a los poderes económicos financieros.
Es verdad que era un hombre que ya había hecho fortuna en los últimos años de franquismo y además en un sector, el de los libros de texto, muy ligado al respeto institucional a las esencias de viejo régimen. Pero supo encontrar los socios adecuados, separar a los inoportunos y cubrirse con el manto de prestigio que le proporcionó la marca Ortega y la vieja Institución Libre de los Giner. Hacerse con el control del diario El Pais fue una magnifica operación. La sociedad española necesitaba del soporte de un diario y un grupo de comunicación defensores de un proyecto democrático avanzado, el caso es que todavía lo necesita. Sin ese grupo la prensa española seguiría siendo un feudo de la iglesia y de grupos financieros sin proyecto político propio distinto del que le marcasen grupos de presión políticos sociales de toda laya.
Polanco a cambio de dotar a ese proyecto del músculo financiero adecuado y la gestión mas profesional posible obtuvo una cierta influencia política que hasta el último día de su vida le ha permitido mantenerse independiente de los poderes políticos. Algunos han interpretado esa influencia o libertad política en términos de control del PSOE o de instituciones judiciales incluso. La verdad puede que sea precisamente la contraria. Todos recordamos como las relaciones entre Polanco y el primer gobierno de Aznar fueron excelentes. Es posible que lo que haya pasado es que Aznar y los suyos no hayan entendido el papel de los editores libres en el mundo actual. O que hubieran preferido que esa alianza entre Polanco y la inteligencia liberal española se hubiera traducido en una alianza a favor de las tesis neocon. Difícil en este país donde a los neocones los conocemos hace la tira de años.
El caso es que con la muerte de Polanco desaparece un empresario de éxito, un editor necesario y uno de los últimos librepensadores de España. Lo siento mucho.