24 de octubre de 2006

El teatro de la corrupción inmobiliaria y el monopolio de la violencia




Dentro de la programación del Festival de Otoño de Madrid, 2006, se ha celebrado el concurso de escritura rápida teatral “Teatro Exprés”. El ganador del primer premio, patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid(por cierto, la elección de esta obra ¿no tendrá doble lectura?), el dramaturgo Enrique Belda, me ha dado el permiso para publicar el texto ganador en mi blog. Por su interés como noticia y, sobre todo, por las cualidades del texto aquí presento la obra de Enrique, en primicia informativa.

El monopolio de la violencia

Personajes: Elio Llorens (Elio), Andrés Sifre (Andrés).

(Elio Llorens, un hombre aún joven, de sienes que van plateándose, mira por los amplios ventanales de su despacho con actitud inquisitiva, casi inquisitorial. De repente, en un gesto impremeditado, se lleva la mano a la entrepierna y se acaricia los huevos, mientras recuerda su película favorita, “Huevos de oro”, de Bigas Luna. Sonríe remedando a Javier Bardem.)

ELIO (Suena el interfono. Atiende): ¿Sí?

(Voz en off de la secretaria): Señor Llorens, el señor Sifre desea hablar con usted.

ELIO: Dígale que pase.

(Pasa un señor bien trajeado, algo más mayor, con aire de complicidad)

ANDRÉS: ¡Elio!

ELIO: ¡Andrés! (Se abrazan y se “sopesan”) ¡Has engordado, cabrón! (Sonríe) ¡Será por la mala vida que te doy!

ANDRÉS: De eso venía a hablarte, vaya. Mañana se lleva la recalificación al pleno, pero no has hecho lo que acordamos.

ELIO: Lo que acordamos. (Se ríe –una risa seca, de un solo golpe–) Andrés, no vais a ver ni un duro de esta operación. Ésta me la vais a hacer por la cara (Mira desafiante).

ANDRÉS: Pero, ¿has perdido la chaveta? Estás de coña, ¿verdad?

ELIO: Mira, Andrés, habéis trincado ya bastante, y mi situación económica no es muy boyante…

ANDRÉS: ¿Pero qué dices, desgraciado! ¡Si te hemos hecho ganar dinero a espuertas! Además, vas a tener que soltar guita para las elecciones del año que viene…

ELIO: Mira, desgraciado lo será tu padre, y dos, no os voy a dar ni un duro porque no me sale de la polla. Punto pelota.

ANDRÉS (Suavizando): Tranquilo, Elio, no te alteres. Míralo bien; tiene que haber un malentendido…

ELIO: Andrés, yo estoy muy tranquilo. Sois vosotros quienes estáis alterados. El pueblo ya no aguanta tanto figurar y tanto rendibú. Estáis amortizados. Habéis roto la olla y vais a ir de cabeza a los bancos de la oposición. Sí, perderéis las elecciones (Se sirve del mueble bar un güisqui) ¿Tú quieres algo?

ANDRÉS (Demudado): Perderemos las elecciones, pero tú te quedarás sin tu recalificación.

ELIO: Puedo esperar seis meses: ya me lo harán los otros. Además, qué te crees, el pueblo ya está quemado: os habéis comido ya toda la huerta (Sorbe) ¿Seguro que no quieres nada?

ANDRÉS: ¿Y tú que te crees? ¿Que no caerás con nosotros?

ELIO: Andrés, entre tú y yo, ¿sabes a dónde se puede ir este pueblo? ¡A tomar por culo! Y me cago en la tierra que dio la hierba que comió la oveja que dio la lana con que se tejió la casulla del sacerdote que bautizó al puto alcalde. Por si no te habías enterado.

ANDRÉS: No comprendo tu actitud. Es todo tan… tan gratuito…

ELIO: ¿Decir lo que pienso de vosotros? ¿Denunciar el contrato que nunca nos unió?

ANDRÉS: La saña con que lo haces. Romper con nosotros de una manera tan terminante, tan inconscientemente. ¿Por qué tientas a la suerte de esta manera?

ELIO: Quizá porque tengo cinco pais [léase páis; significa “Programa de Actuación Integrada”] ahora mismo en marcha en la costa y porque mira, me sale de la polla deciros lo que pienso de vosotros, a saber: que sois una mierda pinchada en un palo y no tenéis lo que hay que tener. Sois pura fachada.

ANDRÉS: De acuerdo, de acuerdo. No me voy a humillar más ante ti. Ahora escucha: quizá hayas calibrado mal tus fuerzas. Me voy a ir, no sin antes darte un consejo. Un consejo de amigo: vas a ingresar el dinero y vamos a aprobar la recalificación, y esta conversación altamente irritante no ha tenido lugar.

ELIO: Y una poca polla.

ANDRÉS: ¿Y una poca polla? En ese caso, te voy a dar otro consejo. Un consejo de amigo. No leas los periódicos, porque algún día podrías leer tu esquela. No salgas de casa, porque podría atropellarte un coche, o dar un mal paso en el pavimento mojado. Pero no te quedes en casa; un escape de gas inadvertido y podría volar todo por los aires. Yo tampoco me iría por ahí, al extranjero; ¡hay tanta inseguridad ciudadana! Un atraco se tuerce y… Pero claro, los niños tienen que ir a la escuela y la señora de uno a la peluquería. ¿Sabes que una vez se achicharró una señora con una máquina de ésas de hacer permanentes? Ya ves, un cortocircuito y listo. En un pueblo de Minnessotta creo que fue…

ELIO (Se ha sentado a su mesa, saca un talonario y firma) : Rellena tú la cantidad. Hijo de puta.

ANDRÉS: Sabía que atenderías a razones. Al fin y al cabo somos el Estado, ya sabes; tenemos el legítimo monopolio del uso de la violencia (Se marcha pero se gira en el umbral de la puerta) Querido amigo, póngame a los pies de su señora (Sale).


22 de octubre de 2006

Paseo por Madrid. El Oeste. Capitulo II



Palacio Real, originally uploaded by Sanadan.
Seguimos de paseo por Madrid. Hoy vamos a recorrer parte de la fachada oeste de la ciudad y algunos de sus barrios. A lo largo del recorrido conoceremos barrios burgueses como Argüelles, populares como los de la Paloma y hasta regios como los de la Plaza de Oriente.

El recorrido empieza en la glorieta de Quevedo. La estatua de tan insigne escritor “imperturbable y quieto”, según Valente, señala con el dedo hacia el sur, hacia las puertas del viejo Madrid. No es por el sur por donde encaminaremos nuestros pasos, aunque el destino final sea el mismo. Nuestro rumbo nos conduce por las calles de Argüelles hacia Moncloa. Podemos elegir Donoso Cortés, Fernando el Católico, Fernández de los Ríos o Rodríguez San Pedro. Mi recomendación es ir zigzagueando a través de sus perpendiculares como Vallehermoso, Galileo, Blasco de Garay o Gaztambide. Recorrer el barrio de Argüelles de Este a Oeste es hacerlo por una geografía urbana pensada por urbanistas y arquitectos bajo criterios de calidad ambiental que diríamos ahora; casas que ofrecen siempre una cara a la luz y al sol en cualquier estación del año; alineaciones y tramas pensadas para aprovechar al máxima la entrada de aire sano procedente de las sierras del norte y de la Casa de Campo, pulmón de la gran ciudad. Una casa característica de este rico periodo urbano de Madrid, primer tercio del siglo XX, es la famosa Casa de las Flores en la que vivió Pablo Neruda y que con estos versos rememoraba
Yo vivía en un barrio de Madrid, con campanas
con relojes, con árboles.
Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
En esta casa, de Secundino Zuazo se expresa lo mejor de la arquitectura civil del periodo. Argüelles es un barrio de pequeños comercios, de tiendas de toda la vida, de bares y tabernas. Es un barrio en el que se hace cómoda la vida diaria, en el que la palabra vecino todavía tiene sentido. Pensiones de clases medias, pisos compartidos por estudiantes de la cercana Ciudad Universitaria, colegios mayores y residencias de todo tipo crean la sensación de barrio abierto, cosmopolita y amable. Al final del recorrido por Argüelles nos encontraremos con la calle de la Princesa y en su rincón norte toparemos con la mole escurialense del Ministerio del Aire, ahora llamado Cuartel General del Ejercito del Aire. Estamos en Moncloa, cerca del palacio del mismo nombre residencia de los presidentes de gobierno de España. Palacio incomodo para vivir según Ana Botella, esposa de José María Aznar y actual concejala del ayuntamiento de esta capital.

Aquí iniciamos una nueva fase del recorrido. Entraremos en el Parque del Oeste. Aprovecho para decir lo que siempre digo y me dicen: el Parque del Oeste es uno de los pocos jardines a la inglesa de los que podemos disfrutar en Madrid diseñado por un ingeniero agrónomo- cosa que no he podido constatar en ningún sitio, debe ser una leyenda urbana lanzada por algún otro ingeniero agrónomo algo corporativo. Algunos le llaman el Central Park de la ciudad. Desde las alturas de Moncloa y hasta prácticamente el cauce del río Manzanares se desliza una importante masa forestal llena de atractivos para el visitante. Desde monumentos como los dedicados al héroe uruguayo Artigas o al Maestro hasta cementerios históricos como el de la Florida. Espacios de terrazas urbanas como las de Rosales y escuelas de cerámica tradicional. Rosaledas y antiguos campos de batalla como los del cuartel de la Montaña. Menos conocido que el famoso Retiro es sin embargo un lugar de visita muy bello con la ventaja que a su través conocemos el límite de la ciudad, observamos la Casa de Campo y logramos pasear por una pequeña reserva de la biosfera local madrileña, con sus observatorios de aves y estanques incluidos. Uno de los atractivos del parque del Oeste es el Templo de Debod, importante resto arqueológico del antiguo Egipto regalado por el gobierno de dicho país al pueblo madrileño para evitar su desaparición por la construcción de la presa de Asuan. Es un hallazgo curioso encontrarse con esta joya del siglo II antes de Cristo en este altozano de Madrid, tan cercano a la céntrica Plaza de España. Desde este mismo lugar se divisa una de las más espectaculares vistas del Madrid. A la izquierda, hacia el sur las fachadas del Palacio Real, hacia el Oeste los barrios populares del otro lado del río y los bosques de la Casa de Campo, hacia el Norte el macizo de la sierra de Guadarrama y hacia el este el caserío del viejo Madrid con sus tejados y sus torres.

Con un poco mas de esfuerzo bordeamos la Plaza de España, vemos a derecha una bonita iglesia franciscana y en el camino una estatua pequeñita, como de juguete, de la poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, sentada majestuosamente en un sillón frailuno y algo escondida del tráfico de la calle Bailén. En esa calle entramos por arriba, por la zona peatonal y enseguida vemos a la izquierda un edificio característico: la Real Compañía Asturiana de Minas mezcla de modernismo y neomudéjar y un poquito mas adelante la ampliación del edificio del Senado, con forma de abanico. No hemos entrado en la Plaza de España, verdadera puerta moderna de Madrid y hemos dejado de saludar a don Quijote y a Sancho, lo haremos otro día. A la derecha enseguida nos encontramos con los jardines de Sabatini, romántico rincón neoclásico perteneciente al conjunto palaciego. Merece la pena entrar y pasear bajo los gigantescos magnolios, florecientes y perfumados desde la primavera. Y ya entramos justo en la zona del Palacio Real y la Plaza de Oriente. Estamos pisando el origen de la ciudad, aquí fue construida la primera fortaleza o alcázar musulmán a finales del siglo IX. En torno al alcázar se fue erigiendo la medina de Madrid. La historia sigue. Puedes ilustrarte en muchos sitios sobre la historia de la ciudad. Desde el punto de vista urbanístico recomiendo la visita al museo municipal de Madrid, especialmente para conocer la maqueta que el brigadier liberal León Gil de Palacio, por cierto que natural de Barcelona, construyó de la ciudad de Madrid en el año 1830. La maqueta es, aparte de una joya artesanal de primer orden, un notable documento sobre el paisaje y el urbanismo del Madrid de aquellos tiempos.

Todo el entorno del Palacio Real, especialmente el Teatro de la Ópera y la misma plaza de Oriente es un buen lugar para perderse. Yo recomiendo seguir, siempre hacia el Sur, hacia las Vistillas, ignorando la catedral de la Almudena por fea e innecesaria, cruzando el viaducto de la calle de Segovia, lugar mítico si los hay en Madrid y entrar después de divisar la cúpula de la basílica de San Francisco el Grande, en el viejo Madrid de los barrios populares de la Paloma, Cabestreros y el Rastro. Pero eso ya es otra visita.

13 de octubre de 2006

El mudéjar de Teruel


Mudéjar Teruel, originally uploaded by angel14.

La presencia del arte mudéjar en Aragón llama la atención de sus visitantes. Como forma constructiva tiene relevancia a lo largo del eje pirenaico-mediterráneo tanto como en el del Ebro y el del Moncayo. Desde el mudéjar mas conectado con el románico- catedral de Teruel- hasta el tardío de la catedral de Tarazona; desde la mas cuidada artesanía yesera de Borja hasta el cuidado trabajo de madera de los artesonados de Zaragoza todo parece conformar un universo técnico-artesanal de primer nivel . Pero si existe un conjunto mudéjar digno de asombro es precisamente el de Teruel. San Martín, San Salvador, San Pedro son eslabones formidables del mudéjar aragonés y español.

Contemplando esas torres sobrias, cuadradas y elegantes el visitante se interroga sobre que es lo que hizo posible la construcción de esas inmensas y ricas moles. Que capitales estaban detrás. Quienes eran esos constructores de sueños de ladrillo y piezas cerámicas tan espectaculares. En el siglo XIV, punto álgido del arte, los mudayyan- los resistentes- ya estaban integrados plenamente en la vida de la ciudad aun cuando mantuviesen sus propias instituciones religiosas. La protección real o señorial de las aljamas había dado sus resultados. Protegiendo a los muslimes se protegían al mismo tiempo los señores y los feudales de las amenazas de los últimos moros en el poder de Valencia. Protegiendo a los campesinos del entorno se protegían las capacidades exportadoras hacia otros reinos y regiones. Es por ello que la permisividad hacia las formas culturales musulmanas tuvo, por propio interés, estos resultados tan eficaces. En el siglo XIV ya no era fácil distinguir al carpintero o al yesero mudéjar de los artesanos de origen cristiano y sin embargo todos ellos participaban en un mismo conjunto de prácticas y técnicas de fusión, diríamos ahora. El mudéjar como forma arquitectónica llena casi tres siglos de espacio temporal. Tiene que llegar la expulsión de los moriscos a finales del XVI para que se pretenda enterrar en la memoria el know-how de los artesanos mudéjares.No lo consiguieron; el arte múdejar pervivió en la memoria y en la práctica de miles de artesanos y artistas a lo largo de la peninsula ibérica y de la America colonial española, pues estaba inserto en la memoria genética de los españoles. El gran desastre de la expulsión de los moriscos no fue el de cerrar un capitulo único del arte español sino fundamentalmente el de dar fin a una época de libertades civiles y religiosas.

El arte mudéjar español- especialmente el aragonés- es la expresión de un momento muy rico de nuestra historia. Un momento basado en la mezcla y en la fusión, no en la exclusividad y la pureza. Unos resultados artísticos que se proyectan también en la economía y en la vida social. Una transmisión de saberes y culturas alentada por el principio de la convivencia. Teruel es la prueba de aquel esfuerzo. Merece la pena darse una vuelta por la ciudad de los amantes. Aunque solo sea para encontrarnos con una historia que habla de encuentros, de sumas y no de restas.

7 de octubre de 2006

Paseo por Madrid. Capítulo I


my father and I 1955, originally uploaded by angel14.

Llevo más de cincuenta años caminando por Madrid. Mejor dicho: durante más de 50 años he tenido la ocasión de pasear mucho por Madrid. Que no parezca que uno es una versión castiza de Forrest Gump. 50 años dan para mucho así que he tenido tiempo de conocer el canalillo y los bulevares; ¿y eso que es? me preguntan por aquí. Pues dos “instituciones” urbanas madrileñas desaparecidas o engullidas por el cemento. Con la cantidad de cosas horrendas que tenemos por Madrid- esto me va saliendo como un cuplé de Agustín Lara- fueron a desaparecer las conducciones en superficie del agua del canal de Isabel II que alimentaba y alimenta las fuentes y cañerías de la ciudad y los paseos centrales de muchas de las calles del barrio de Salamanca (todas no, pues afortunadamente se recuperó el bulevar de la calle Juan Bravo).
Con la desaparición del canalillo que cruzaba a la altura de lo que hoy es Glorieta de López de Hoyos los niños y los mayores perdieron un lugar de esparcimiento y recreo en el que botar barquitos de papel, darse un pequeño chapuzón y cazar todo tipo de mariposas y libélulas. Con la desaparición de los bulevares se perdieron unos espacios de juego infantil y paseo de adultos cercanos a las viviendas y llenos de enormes plátanos de sombra que refrescaban los largos y calurosos veranos madrileños. Todo ello para permitir la circulación de más vehículos contaminantes. Nada nuevo bajo el sol. Las obras del alcalde Gallardón no tienen más sentido que aquellas: se cubren los cursos de agua con toneladas de hormigón y asfalto y se cierran espacios de recreo. No me remontó a los tiempos en los que Fernando VII usaba paletó para recuperar otras memorias de viejos desaguisados pero podríamos hacerlo. Pretendo solo explicar que en esta vida solo es cuestión de tiempo que te roben las aceras de tu niñez.
Es muy difícil encontrar un paisaje urbano madrileño que no haya sufrido transformaciones importantes en, pongamos, los veinte o treinta últimos años.
Hasta en los barrios más castizos y abandonados se siente la mano de la piqueta y la especulación. No se si es posible hacer un decálogo de las barbaridades perpetradas contra esta ciudad, pero aquí van unas cuantas:

-destrucción de los bulevares del primer y segundo cinturón mas los bulevares del barrio de Salamanca
-construcción de los famosos excalectric- hoy día errores corregidos después de décadas de sacrificios y luchas de los vecinos
-derribo de mercados y plazas como los de Olavide en los años setenta
-vaciado del subsuelo de Madrid para túneles y aparcamientos
-el estado de sitio con miles de zanjas
-especulación sobre la parcela de la ciudad deportiva del Real Madrid
-arboricidios gallardoniles como los de la M30 y Tirso de Molina

Podríamos seguir y seguir hasta que nos den la una, las dos y las tres y no es el caso. Solo recordaba como era el Madrid de mi infancia y me entró la nostalgia.

Prometo que en otra ocasión me dedicaré a organizar algún paseo agradable por la ciudad real y no por la ciudad de mi memoria.

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