Corrala de Madrid en la calle Fernández de la Hoz en proceso de desahucio y derribo.
Las corralas son una forma arquitectónica muy característica del Madrid del XIX. Galdós, Baroja han dejado testimonio de la vida de sus vecinos en muchísimas páginas y el género lírico español por excelencia, la zarzuela, ha construido páginas y músicas de enorme popularidad sobre ese escenario de la corrala. Los balcones corridos o casas en corredor eran una solución económica para dar vivienda a los miles de personas que procedentes del campo se incorporaban a la ciudad. Pobres y menesterosos, gentes sin oficio o menestrales, artesanos, familias de clases humildes se hacinaban en viviendas de menos de 20 metros cuadrados que solo recibían ventilación por los corredores comunes. Con un cuartucho por planta utilizado por todos los vecinos como letrina. Como forma arquitectónica procede de la época en la que Madrid- Siglo XVI - se convierte en Corte. Algunos relacionan sus orígenes con los famosos Corrales de Comedias de la misma época.
La vida de los vecinos giraba en torno al patio. Si los espacios habitables particulares eran y son deleznables, la compensación era una vida social altamente abierta. Nacimientos, matrimonios, fiestas y funerales, todo era compartido. Es posible que la conocida simpatía y falta de prejuicios de los madrileños haya surgido al calor de esa vida social tan integradora. La pobreza compartida y la solidaridad están en el origen de las formas de vida de las clases trabajadoras del Madrid del 1900.
Hoy la corrala está en proceso de extinción. Los primeros ayuntamientos democráticos de Madrid, años 80, intentaron acometer la reforma de las corralas todavía en pie. Se lograron algunos éxitos, sobre todo en el barrio de Lavapies- antigua judería madrileña. Incluso la corrala de la calle Tribulete, bajando por Mesón de Paredes, es Monumento Nacional. Pero la especulación urbanística de los últimos años apenas ha permitido salvar unos pocos de esos viejos escenarios de la vida madrileña.
Uno de ellos, Fernández de la Hoz 63, está a punto de ser derribado. Los pocos vecinos que han ido resistiendo las órdenes de desahucio van siendo poco a poco realojados en otros barrios de Madrid. Quedan como últimos resistentes algunos comercios, la farmacia, la fontanería. Lo curioso es que el propietario de la finca es el mismísimo Ayuntamiento de Madrid. Menos curioso y previsible es el resultado del desahucio: la piqueta que dé paso a un nuevo edificio comercial o de oficinas en uno de los lugares mas valiosos de Madrid: enfrente de los Nuevos Ministerios y en el mismo eje de la Castellana central, a cuarenta metros de donde se encontraba la última estatua de Franco que se conservaba en Madrid: la corrala ha sobrevivido al Caudillo de España por unos cuantos meses.
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