15 de septiembre de 2009

Fábrica de Gaseosas El Gallo. Chamberí,. Madrid


He escrito muchas cosas sobre la plaza y el barrio de Olavide en Madrid pero siempre había echado en falta la existencia de un icono representativo de estas calles.

Mi amigo Francisco, de Barcelona, en su blog Experiencias Curiosas acaba de resolverme el problema aunque me temo que con cierto retraso producido una vez mas por la famosa piqueta madrileña. Ese instrumento por el cual nuestra ciudad va perdiendo de día en día sus señas de identidad mas caracteristícas.

Acaba Francisco de rescatar del baul de sus viejas fotos una serie de instantaneas del Madrid de hace mas o menos 20 años.

Entre esas fotos destaca la que he copiado en portada. Corresponde a la fachada de la fábrica de gaseosas El Gallo que estaba, tal como dice Francisco con total fidelidad, en la calle Cardenal Cisneros, en la acera de los impares, entre Olid y Gonzalo de Córdoba.

Los azulejos de la fachada eran una obra de arte y posiblemente estaban protegidos. No sabemos que fue de ellos. Los responsables del derribo del edificio fueron los directivos de la cia del Metro de Madrid. Sería bueno que alguien cercano a esa empresa pública nos diga en manos de quien quedaron aquellos azulejos y que fue de ellos. Sería una buena idea recuperarlos para alguno de los edificios públicos del distrito en prueba de la historia industrial del barrio de Chamberí en Madrid.

Que pena haber perdido ese icono tan representativo.

Gracias Francisco por tu dedicatoria.

5 comentarios:

Francisco Torrents dijo...

Gracias Ángel por tu comentario, son recuerdos imborrables de mis frecuentes estancias en Madrid, cuando iba a visitar a mi novia en la calle Luchana desde el año 1960,desgraciadamente se me ha muerto hace dos años después de cuarenta años de matrimonio, un abrazo: Francisco Torrents

Ricardo Márquez dijo...

Hola Angel y Francisco. Si que he pasado muchas veces por allí, y he visto esa fachada. Imagino que la mente es como el propio edificio, que un día la imagen va y desaparece. Mi felicitación a los dos por la entrada, al más puro estilo Madrid-fera.

Anónimo dijo...

Hola,
Qué pena, no haber pasado por allí cámara en mano antes del derribo. El problema es que los depredadores casi siempre se convierten en alimañas y así le va al patrimonio arquitectónico de nuestras ciudades, que acaba por desaparecer devorado por las fauces insaciables de algunos listos.
Un saludo,
Enrique

Ángel de Olavide dijo...

Francisco
Con esos recuerdos que vuelcas en tu blog supongo que te ayudarán a sobreponerte. Además con esta foto nos regalas a todos los madrileños un testimonio de lo que perdimos. Por lo menos eso queda. Ayer me tomé a tu salud en la bodega de la Ardosa, la de Santa Engracia, la que corresponde a la foto que colocas en tu blog y que no se debe confundir con la ahora mas famosa cercana a la plaza de San Ildefonso, un vermut de grifo y media ración de bravas.

Gracias Ricardo y Enrique. Vosotros que dedicais tantas horas a rescatar el Madrid que vamos perdiendo día a día os dareis cuenta del mérito de Francisco Torrents, un barcelonés, un catalán, que rinde culto al Madrid que conoció.

Carlos Osorio. dijo...

El edificio estaba catalogado y los azulejos también. Alguien se los llevó y el ayuntamiento hizo la vista gorda. Ahí siguen los muros del edificio, ya sin azulejos, esperando no sé a qué....esperando a Godot, supongo.

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