12 de enero de 2015

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

Foto de la manifestación de hoy en París


¿Que podemos hacer los hombres y las mujeres de buena fe y escasos conocimientos ante los sucesos de París? Pues poco podemos hacer. Interpretar los hechos está fuera de nuestra capacidad. La realidad tiene tantos prismas que la mirada corre el riesgo de quedarse prendida en las zonas mas iluminadas por los fuegos de artificio. Artificios para generar miedo. Trampas para hacernos dudar de todo y de todos. Propagandas sutiles y bestiales, las dos cosas muchas veces al mismo tiempo, para terminar por justificar cruzadas.


Las gentes se manifiestan con el ánimo de conjurar el miedo y despertar de la pesadilla. Los madrileños conocemos muy bien esos sentimientos después del 11 M del 2004. Unos nos quisieron vender la moto de una conspiración terrible que supuestamente pondría de relieve la corrupción de nuestros poderes. Otros se empeñaron en agitar el fantasma del choque de civilizaciones como mejor estrategía de superviviencia en un mundo condenado a una guerra universal entre religiones y creencias. Los de más allá explicaron las cosas como el fallo de una política policial que no hizo bien su trabajo. Todo igual. Ahora vemos lo mismo en París. Déjà vu qu e dicen los franceses.


Depositamos nuestras flores, nos manifestamos de la mano cristianos y musulmanes- judios pocos porque no los tenemos en España- y al día siguiente estábamos metidos de nuevo en trances electorales y en peleas políticas. Yo me pregunto a veces como será posible resolver este gran problema del terrorismo islamista radical. ¿Cerrando nuestras fronteras? ¿Restringiendo derechos personales? ¿Desarrollando un combate ideológico por la supremacía de unas ideas sobre otras? Los viejos patriarcas de la biblia impusieron un dios de la venganza, Los Reyes Católicos descubrieron la fórmula de la expulsión de judios y moriscos. Los inquisidores imponiendo la ortodoxia a sangre y fuego. Los nazis llenando los hornos de cremación de los enemigos de la raza aria. Los yihadistas, ahora, imponiendo la sharia y el califato para destruir a los infieles.


Y, sin embargo, el mundo ha seguido adelante. Por cada inquisidor, un ilustrado. Por cada yihadista un hombre o una mujer de paz. Por cada bestia parda y sus ideas de supremacía racial, un científico. Por cada patriarca doctrinario, una mujer y un hombre libres.


Viva la paz, viva la cultura, viva la ciencia. Saldremos adelante sin necesidad de entender todo. Simplemente seamos gentes de bien y pensemos por nosotros mismos, Sin odios, sin doctrinas, sin mas herramientas que el viejo lema de la revolución francesa.


IGUALDAD, LIBERTAD, FRATERNIDAD. En el orden que ustedes prefieran.

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