28 de agosto de 2011

CIFRAS, LETRAS Y REFORMAS CONSTITUCIONALES

Ojalá Rubalcaba fuese Chaplin

Foto de Xurxo Martinez en Flickr

Muy atareados, confundidos y perplejos andan los departamentos de agitprop del PSOE. Creyendo que la cosa va de economía se empeñan en demostrarnos que la reforma constitucional exprés a favor de la llamada estabilidad presupuestaria contiene en su seno dos elementos plenamente incompatibles: nos dicen que consagra el principio de austeridad al tiempo que permite hacer frente a los ciclos con alegría fiscal. Incluso los mas demagogos entre sus propagandistas vienen a contarnos que todo esto es simple faramalla literaria, que solo se trata de un brindis al sol que mas calienta que no es el del sur sino el procedente de las brumas del Rhin.
No se dan cuenta, sí que se dan cuenta pero disimulan, que la cosa no va de porcentajes. Que se trata de principios. No puede ser que la primera reforma constitucional en mas de treinta años se ejecute en un pispas, con nocturnidad y alevosía y en un clima electoral con un gobierno ejerciendo de apagafuegos y una oposición encantada de recibir regalos. Así trabajaban Cánovas y Sagasta pero así no se trabaja en democracia en el siglo XXI y con miles de indignados vigilantes ocupando las calles de las ciudades.
La gente no es tonta y exige que ante las demandas de los mercados se arme un frente político que recupere para el estado las funciones de control y de capacidad de reforma que la crisis demanda. El pueblo se pregunta cómo es posible que el rey de la improvisación, el presidente que no hace mucho tiempo nos devolvía 400 euros para celebrar el superávit ahora se convierta en el defensor de la austeridad fiscal entendida a la alemana. La austeridad es lo contrario que el derroche y la largueza. Derroche y largueza derramados a favor de los sectores financieros. Esparcidos mediante subvenciones y por oleadas en cientos y miles de instituciones clientelares, empresas y proyectos faraónicos. Y escatimados en atender a los colectivos mas desfavorecidos, en sufragar una sanidad pública que empieza a sufrir daños irreparables. Largueza expuesta con frases demagógicas como las que nos ha venido a brindar el ministro de trabajo al decir que prefiere trabajadores en precario antes que en el paro. Si la solución al paro es precarizar pues adelante señor ministro. Cárguese usted todo el derecho laboral conquistado a lo largo de tantas generaciones. Cáguese usted, no es un error tipográfico lo de cagar, en la memoria de Pablo Iglesias, en el respeto a las ideas de la socialdemocracia y luego venga a contarnos los éxitos obtenidos.
De eso se trata. El problema no está contenido en unas cifras de mas o de menos que todo el mundo sabe que al final nadie cumplirá si vienen mal dadas. Empezando por los mismos alemanes. El problema es el concepto. El problema se llama “poder de los mercados”. Y se llama también recuperar el poder para los estados. Cuando los pueblos empiezan a convertirse en el mejor aliado natural de los gobiernos otorgándoles el mandato y la fuerza para reformar resulta que los gobiernos se aturullan y no encuentran su sitio.
A la vista de todo esto ya les pronostico que los resultados del PSOE de noviembre van a ser de traca. A Rubalcaba le ha pasado el huracán Irene por delante de sus barbas y su ingenio no le ha dado mas que para decir eso de “no quiero ni un cifra en la constitución”. Que la cosa no va de cifras, que va de letras y de principios señor Rubalcaba….

2 comentarios:

José Mª Rodríguez dijo...

Le felicito por su clarividente sinceridad. Nos están engañan do como a todos. ¿O es que lo somos?

Ángel de Olavide dijo...

Gracias José María. Como dijo Bertold Brecht "qué tiempos serán los que vivimos. que hay que defender lo obvio"

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