La playa de Arnao en Figueras- concejo de Castropol en Asturias- es la mas occidental de las playas astures. En sus cercanías se encuentra un área de recreo muy frecuentado en las épocas veraniegas. Con sus mesas de piedra y bancos y dotada de parrillas es el lugar ideal para organizar un asado o un arroz campestre. Bucólico como pocos espacios de ese tipo sus bosquecillos y suelo de cesped alivian los calores del verano y sirven como estancias para echarse una siesta después de los almuerzos familiares. Su entorno natural hace honor al lema de Asturias Paraiso Natural. A la espalda del campo tenemos una formidable vista de la costa asturiana desde un mirador privilegiado. Y enfrente del área, para mas divertimento, se encuentra un campo de aviación privado desde el que despegan pequeñas avionetas de hélice.
Quiso la historia que en los años de la guerra civil ese espacio tan idílico sirviera como campo de internamiento de presos republicanos detenidos por el ejército franquista. En memoria de los mismos y de sus sufrimientos, en su momento se erigió un pequeño monumento con una sencilla lápida conmemorativa. Pues bien, algunos desalmados han pretendido destruir ese recuerdo con el simple procedimiento de cargarse la placa de la manera que ven ustedes en la foto superior. Vano intento pues la memoria radica en la conciencia de toda una sociedad como la asturiana que ha dado sobradas pruebas de guardar en su corazón los mejores sentimientos para aquellos que sufrieron de tantas y variadas formas la tortura y el desprecio de los vencedores.
Cada lápida rota lo hace en infinitas piedras que replican nuestro recuerdo un día mas y los que hagan falta. Si con ese acto los intransigentes de siempre piensan que eliminan nuestro recuerdo están muy equivocados. Yo no se si las autoridades o la sociedad civil tienen fuerzas o recursos para levantar una y mil veces la misma lápida. Puede que no. Pero desde luego lo que nunca lograrán estos descerebrados es que desaparezca la memoria de los corazones de tantos de nosotros. Lo único que consiguen es demostrar que para ellos las palabras respeto, conmiseración y misericordia no entran en sus diccionarios. Algunos tuvieron una mala muerte pero se les recuerda otros simplemente se limitan a malvivir. Que con su pan se lo coman.
2 comentarios:
¡Qué lástima comprobar que siempre sigue ahí, no ya agazapada, sino descaradamente activa, la España que debió de perecer con la llegada de la democracia!
Enhorabuena, amigo Ángel, por denunciar hechos como éste.
Pasé hace un año por allí y la ví. Qué pena!
Publicar un comentario