Dices que tu voto no vale para nada. Y tienes razón, los votos de uno en uno no valen para nada. Científicamente está demostrado: a ese efecto se le denomina rendimiento marginal del voto. Pero por otra parte me preguntas, piensas que estoy bien informado, que es lo que dicen las encuestas. Parece que sí que te interesan los resultados.
Además estás acostumbrado a luchar por aquello que te apasiona. No te has arrugado para conseguir estudiar lo que te gustaba. Aun a costa de marchar de casa. No te ha importado nunca acudir a manifestaciones a favor de los saharauis y por la vivienda digna y sabías, sin embargo, que con ello no ibas a cambiar el curso de las cosas. Yo sé que si tienes dudas para ir a votar no es por pasotismo. Piensas que de todas formas la derecha no va a ganar y que no te apetece votar ni por el PSOE ni por IU. A los segundos no quieres votarles porque te parecen radicales de boquilla que luego se arrugan y a los otros por que les ves muy instalados en el poder y con poca capacidad de entender los problemas reales de las gentes. Te enfadaste mucho con el asunto del cheque bebé y no digamos con los 400 euros por la patilla. Y en general piensas que las campañas electorales están hechas para los convencidos solamente.
Te diré que participo de tus mismos temores. Mas todavía: que me parece bien que si crees que con tu abstención consigues lanzar un mensaje a los políticos para que rectifiquen así lo hagas.
Pero lo que te he dicho en persona me gustaría dejarlo escrito. Esta campaña tiene unas caracteristicas especiales que conviene no obviar. Unos la están enfocando desde la identidad y lo identitario pues seguramente no tienen mejores argumentos. Otros desde los valores y las teorías de la ciudadanía pues, tambien seguramente, no se sienten totalmente satisfechos de las políticas sociales o piensan que no son suficientemente valoradas. De alguna forma es una campaña extremadamente politizada y en la que lo sentimental se convierte en la palanca de la movilización.
La derecha va a votar en bloque por el PP. Unos, no seguramente los mas, por que sienten que el gobierno de Zapatero intenta romper la España tradicional que ellos defienden. Ha calado ese mensaje. Ven a Zapatero como alguien empeñado en cargarse las esencias de la patria.
Cuando el miedo- entiende que ese es el miedo de una sociedad algo pazguata- se une a la manipulación de poderosas estructuras de poder y los mensajes de sectores nacionalistas radicales que retroalimentan el mismo miedo, el resultado es el de crear una ola de apoyo al primero que se presente bajo los símbolos de la patria. Piensan, además, que ya no se puede parar la ola mas que haciendo volver al poder a los mas radicales de los suyos.
Pero hay otros, y seguramente son muchos, que pueden querer apostar por aquellos que les prometen mano dura para enfrentar los riesgos y los peligros de una creciente inmigración que reclama su sitio en la España del bienestar. Habrás observado que muchos de los que se quejan de la inmigración no son gentes de derechas de toda la vida. Los hay, y no son pocos, en la izquierda. No acaban de entender muy bien el fenómeno de la inmigración, pues en el fondo, y esto hay que entenderlo bien, no son precisamente los mas beneficiados por la llegada de los foráneos. Ellos ven a gentes de otras culturas en las mismas colas de la seguridad social. Incluso les ven como competidores a la hora de conseguir ayudas sociales: viviendas, etc. Les ven como un riesgo para que sus hijos aprovechen mejor la escuela. Menos mal que la mayoría de estas personas conocen bien a la derecha y saben en el fondo quien se ha beneficiado mas con la llegada de los inmigrantes han sido los empresarios y las familias de clases medias que pueden contratar personas para la casa y el cuidado de los abuelos. Menos mal que tienen inscritos en sus “genes” políticos la adscripción familiar a la izquierda. Por ahora.
Estos mismos fenómenos los hemos visto en Francia. Yo he conocido los barrios franceses de los setenta y los ochenta. Eran fortines políticos del Partido Comunista Francés. Hoy son muchas veces feudos del Frente Nacional y recientemente han votado por el señor Sarkozy. No podemos decir que en España no pase lo mismo. Posiblemente sea cuestión de tiempo. Ya existen señales muy alarmantes de enfrentamientos sociales entre los inmigrantes y los locales en comunidades autónomas como Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía. La derecha española está muy enfeudada con los sectores empresariales y con la iglesia católica. Eso es bueno para evitar derivas segregacionistas contra la inmigración. Lo explico mejor: la derecha española tiene frenos para arrancar hacia políticas a lo FN. Hasta en eso se han quedado anticuados. Es mas fácil que surja entre ellos un discurso clasista mas que racista, véase si no las patochadas del señor ese de Jerez, uno que fue ministro de agricultura. No se cabrean por el color de la piel. Se cabrean por lo que tardan en servirles la manteca colorá.
En resumen los temas identitarios van a tener un peso importante en el voto de la gente. Y debemos esperar que no determinen los resultados. Pero no lo sabemos. Por lo menos yo lo creo así. Me parecen malas políticas aquellas que apuestan por los principios sacrosantos de la patria y la mano dura. Me parecen mejores las políticas que busquen la integración y que apuesten por la tolerancia.
Que mas te voy a decir que tu no sepas. Tienes un excesivo interés en que te explique el porqué de la igualdad en las encuestas. Eso de la cocina de los encuestadores no te convence. A mi tampoco. Se ha manipulado mucho sobre el voto oculto. No hay tanto voto oculto como se cuenta. Ni tampoco tanto indeciso a estas alturas del partido. Lo que si hay es una masa de votos en la que se debe sumar a los que dicen que no saben que van a votar, aunque piensan ir a votar o por lo menos dicen que van a ir, con aquellos que dicen que no saben siquiera si van a ir a votar. Es un 15-20 por ciento de los votos. Para estos los técnicos usan herramientas y criterios- la famosa cocina- entre las cuales no es la menos importante la defensa del propio prestigio de las casas de encuestas. No quieren cometer el fallo de equivocarse en lo mucho: errar en el ganador. Y prefieren compensar dejando las diferencias lo menos distantes posible, así siempre pueden justificar mejor los errores; ya sabes cuando se pronostican empates o casi empates se compromete uno menos. No quiero decirte, dado que todas dan por ganador al PSOE, que con ello la cosa esté resuelta. Pues no, ya que en España el sistema electoral tiene una serie de particularidades que complican mucho la asignación de escaños y para conseguir una mayoría amplia la diferencia de votos tiene que ser relativamente consistente. Puede que solo con un millón y medio de votos de diferencia las cosas queden claras. Sinceramente, mi olfato me dice que existe una ola favorable al PSOE. Las diferencias de voto decidido, de simpatía y, sobre todo los pronósticos que la gente hace sobre posibles ganadores, así parecen indicarlo. Pero no me fio ni de mi mismo.
Votar, al final, es un acto de relevancia civil mas que política. Uno vota por que lo cree un deber de ciudadanía. Si crees que eres mas ciudadano dejando de ir a votar pues entonces no votes. Pero si te queda la mas ligera duda de que tu voto puede contribuir a despejar la vida política vete a votar. Como dicen los anuncios de la DGT sobre la velocidad: porque te has comprado un perro, porque tienes que ir al fútbol, porque no quieres clavarte el volante en las costillas.
Porque quieras tener un gobierno de izquierdas, porque quieras evitar ver a Rajoy en la Moncloa o porque te de la gana. Pues entonces, vota. Y olvídate de las encuestas. Y si todo esto te suena a música militar o celestial igual que a Brassens pues quedate en la cama. Pero deja ya de preguntar…que me cansa pensar tanto…
3 comentarios:
Hola Ángel,
Mi opinión es que hay que votar; Puede que no estemos de acuerdo con el sistema o con los candidatos pero es una responsabilidad demasiado grande para escondernos detrás de unas cañas o un plan más cómodo.
Un voto no es sólo un número, representa un sistema en el que al ciudadano se le pregunta y aunque nos hemos acostumbrado a ello no todas las personas de este planeta tienen ese privilegio.
Me preocupa hacia dónde se dirige el debate en estas elecciones. La falta de respeto por los seres humanos y el retroceso en los derechos sociales asustan.
Hola María. Ya he visto tus comentarios sobre Estudio Berlin. A lo mejor te llama Isabel mi mujer para ir a conocer tu estudio.
Sobre las elecciones pienso lo mismo. Lo que pasa es que veo como los partidos de izquierda, sobre todo el PSOE están utilizando la palanca de que viene el lobo en exceso. Creo que la libertad de voto incluye la de no ir a votar. He oido el argumento de que no votar es votar por la derecha y me parece una barbaridad. Creo que con eso no se consigue atraer sobre todo a gente joven que todavía tienen un sentido muy puro de la política. Se necesitan mejores argumentos. Y eso es lo que pretendía. Con tu comentario creo que mejoras mucho mis palabra. Es muy bueno el argumento de que votar es un privilegio.
Un saludo
Angel
Hola Ángel, encantada de enseñarle el estudio a Isabel si en algún momento le viene bien.
Estoy de acuerdo contigo que el miedo no es un argumento honrado para movilizar a nadie pero no estoy muy segura que no votar exprese ningún tipo de postura; a mí me transmite desidia.
Tampoco estoy segura del sistema electoral que tenemos; no sé si es el más adecuado - justo - puro porque no he conocido otro, pero creo que presentarse a fichar ese día, es la encuesta más certera de que todo no nos da igual; independientemente de votar a unos a otros o en blanco.
Por supuesto que no votar no es votar por la derecha pero mientras no se genere una alternativa clara y bien explicada y comprendida por todos que asocie el no votar con un interés real por cambiar lo que no nos gusta en política, creo que el mensaje que transmite el no votar es falta de interés.
Saludos
Publicar un comentario