Las espadas de Toledo en peligro

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La espada de Toledo está en crisis. El fiel acero toledano no ha podido aguantar el empuje de las industrias medievales del extremo oriente. La memoria del Cid y de su Tizona no ha sido suficiente para mantener el vigor de tan legendaria artesanía española.

No se que va a ser de nosotros en el futuro. El Cardenal Primado de España, el portavoz de Cristo en la tierra, monseñor Cañizares, no ha conseguido con sus rezos salvar la vieja tradición. Debería haber puesto mas empeño en defender el símbolo de la espada, compañero de viaje del símbolo de la cruz y dedicar menos tiempo a los eventos electorales. Le va en ello el prestigio de su sede episcopal.

Pero no le echemos las culpas al arzobispo. Seguro que la culpa la tiene Zapatero que con su abandono de Irak ha despertado la animadversión de los cuerpos de marines USA y otros ejércitos del mundo. La estrategia de Zapatero de la alianza de civilizaciones conspira contra la recuperación del sentido de las Cruzadas, escenario magno del combate entre aceros y que tanto lustre dio a la ciudad imperial.

Se me ocurre que Rajoy, en compensación de tanta desidia, debería incluir en su programa electoral la obligación de todos los inmigrantes de comprarse un espadín, o alternativamente una réplica del sable del Caudillo, para practicar la esgrima española y así demostrar su integración en la sociedad española. Con esa campaña y el apoyo del senador Dimas de Albacete, glorioso representante de la raza española y del hombretón español, seguro que se recupera el prestigio de tan histórica forja. No es posible que algo tan nuestro desaparezca ante la competencia de los fabricantes de katanas y wakizashis, vulgares armas solo propias de samuráis mariquitones.

Mientras que llega ese día proponemos que el sector de las navajas albaceteñas, que a fuerza de trabajo y de adaptación al mercado internacional si que ha conseguido labrarse un futuro en los mercados internacionales, se haga cargo de la industria del acero toledano. Por lo menos así todo quedará en la región castellano manchega.

Por supuesto que si Bono llega a ser presidente de las Cortes, ese puede ser un gran día. Con su proverbial sentido de la etiqueta no dudamos que diseñará un uniforme de gala de diputados y diputadas que contenga entre sus complementos una reglamentaria espada toledana.

Mientras tanto, y ya sin coña, deseamos que los actuales problemas se superen y que el sector toledano del acero de forja y su impresionante riqueza histórica, industrial y tecnológica tenga la oportunidad de salir adelante y que el viejo Gremio de Espaderos consiga remontar la crisis.