Españoles preparándose para practicar la cultura del esfuerzo al modo chino |
Cultura del esfuerzo, violencia estructural contra las
embarazadas y la lógica sexista del lenguaje. Esas son las polémicas de moda de
nuestros días. Cansados y aburridos de la política y de la economía, deprimidos
por la crisis y sin otro interés que el de pelear todos por la pelota en este
partido de patio de colegio en el que participamos, seguimos a la búsqueda de litigios
para entretener los alargados días del final del invierno.
Un empresario valenciano de éxito recomienda para España
aprender del estilo de gestión de los bazares chinos que pueblan nuestras
calles. Un político del PP asegura que el aborto en España está relacionado con
la violencia estructural que sufren las embarazadas. Y, por último, un técnico
de la lengua y académico de la Real nos da lecciones sobre la imposibilidad de forzar
el lenguaje, cosa muy seria según él, para eliminar los rasgos de sexismo que
contiene.
El empresario valenciano no debe visitar con frecuencia los
establecimientos que tanto aprecia. Si lo hubiera hecho le llamaría la atención
la displicencia con la que en esos bazares se trata a la clientela y el tiempo
exagerado que los dependientes dedican a la contemplación de las series
televisivas hongkonesas y a otras actividades recreativas. El político de la
derecha poco parece saber de las dificultades de las mujeres- y de sus parejas-
para optar por la maternidad a la vista del maltrato empresarial que sufren, de
las dificultades de acceso a servicios sociales como los de las guarderías,
etc. Parece pensar que lo mejor para la maternidad no es enfrentar esos
problemas sino obligar a las mujeres que, con todo el dolor del mundo y por
distintas razones, pretenden abortar a parir a la fuerza. Y por último el señor
académico no encuentra, a pesar de los numerosos y lamentables malos hábitos
discursivos de los españoles, un objetivo mejor que el de dirigir sus
aspavientos y mojar las orejas de aquellos colectivos que dedican su tiempo
libre, con peor o mejor éxito, a tratar de cambiar los evidentes y necios usos
sexistas de nuestra lengua en los ámbitos profesionales y oficiales de nuestro
país.
Es mucho seguramente lo que tenemos que aprender de los
chinos pero desde luego no creo que sea el régimen de explotación de la familia
y el estilo de tiendas que gerencian lo que mejor nos vaya. Admiro a los chinos
por valores como los de renunciar al sistema bancario y utilizar sus propias
redes financieras, por lo de practicar una cocina mas sana, por cuidar a sus
ancianos y por estimular la formación de sus niños pero nunca les- ¿les o los?,
siempre dudo y nunca tengo a mano al académico de turno para aclararme los
conceptos- voy a admirarles por mantener establecimientos oscuros, cutres o por
practicar sistemas de compraventa primitivos como por ejemplo ir de super en
super arrebañando con las ofertas para luego colocarlas en sus tiendas con unos
márgenes que solo tienen sentido fuera de horas. Es de ahí de donde surgen los
horarios de tiendas de conveniencia que practican. No abren tantas horas para
vender más, abren tantas horas para vender más caro. Que sepa el señor Roig,
dueño de Mercadona, que los bazares chinos están de capa caída y que la
trashumancia comercial que los orientales practican les está llevando a nuevos
negocios como los de la alimentación, los servicios personales y pocos más. Es
posible que con los años las segundas generaciones de chinos puedan
diversificar sus negocios y competir con nuevas armas en la distribución
española pero hoy por hoy estoy en condiciones de asegurar que los negocios
chinos no pueden ser el espejo en el que los españoles nos tengamos que mirar.
De alguna forma ellos están haciendo ahora lo que los comerciantes españoles
hicieron en los 60: explotar a las familias y vender caro lo que compraban
barato. Ni más ni menos que el comercio primitivo. En cualquier caso, ya le
digo, esta es una polémica falsa y absurda. Los problemas de los españoles no
los vamos a resolver simplemente aprendiendo de los chinos, los resolveremos
aprendiendo del mundo entero, pero sobre todo basándonos en nuestros valores y
en el reconocimiento de nuestros errores, especialmente los errores de nuestras
clases dirigentes.
En cuanto a las declaraciones del señor Gallardón yo creo
que caen por su propio peso. Parece que nuestra derecha tiene que volver del
revés conceptos de izquierda para rellenar el viejo almohadón de sus ideas
conservadoras de siempre. ¿Cómo renovar el discurso antiabortista integrista y
antifeminista? Pues ya lo ven: incluyendo en el mismo grandes palabras como
“violencia estructural”. Como hasta el mas torpe está en condiciones de comprar
ese discurso pues, nada, aprovechémoslo, y a otra cosa, maripili. Efectivamente
las mujeres, y los hombres, dudan del camino de la maternidad. En un escenario
de crisis, de convulsiones políticas y económicas, de precariedad y de
incertidumbre parece que la maternidad exige algo más que la fuerza del mandato
genético. Pero el aborto no responde en exclusiva a ese factor, existen muchas
razones por las que las mujeres eligen abortar y en cualquier caso nuestras
sociedades se muestran enemigas de castigar el aborto y de someter a las
mujeres al filtro de la moral particular de los talibanes de turno. Nada como
una revisión de los argumentos para poder saltar a un nivel de deslegitimación
del aborto como opción personal superior
al que mantienen las patrullas provida tradicionales. Muy torpe la jugada pues
abre las puertas a que millones de mujeres, y de hombres, empiecen a exigir el
cambio de nuestro modelo social tomando la palabra a estos políticos barrocos
que sufrimos. Si señores: estamos en contra de la violencia estructural contra
las mujeres: las diferencias salariales, el machismo, la desigualdad, etc. Pero
con ese argumento de rábulas no se van a llevar ustedes por delante la
legislación despenalizadora y desculpabilizadora que tantos años ha costado y
de la que disfrutan la inmensa mayor parte de las mujeres europeas.
Y por último ¿que decir sobre la polémica sobre el lenguaje
sexista? Parece que los señores académicos consideran que los intentos, pobres
y vanos intentos a veces, de nuestras reformistas radicales a favor de un
lenguaje políticamente correcto y no sexista, son cosa de ignorantes y al
tiempo resultan peligrosos para el equilibrio de nuestro idioma. Seguro que
tienen razón pero seguro también que existen agresiones a nuestro patrimonio verbal
de mayor importancia que merecerían la atención de los señores de la Real
Academia. Como por ejemplo el bajo nivel de nuestra población para hacer un uso
sencillo y al tiempo rico de nuestro idioma. Cualquier campesino de la América
que habla en español da sopas con onda a la hora de expresarse en la lengua
común al español medio. Aquí mismo, en nuestro país, es fácil comprobar como
los inmigrantes latinos utilizan unas formas verbales y hasta un léxico mas
amplio que la gran mayoría de nuestros conciudadanos. Y no será porque tengan
estudios superiores a los nuestros. Solamente esa triste constatación, triste
para nosotros por cierto, merecería el estudio y la investigación mas seria por
parte de nuestros especialistas. Puede que en esa investigación se percaten de
la pobreza expresiva de nuestros medios de comunicación de masas por ejemplo.
Dejémoslo por hoy que me estoy calentando. Buen fin de
semana y perdonen el rollo que les he metido. No entiendo como me he metido en
este charco. Mañana hablaremos del gobierno como decían Tip y Coll.
3 comentarios:
Menos mal que sólo te estabas calentando...
Me llama la atención principalmente lo que cuentas del uso del lenguaje, bastante pobre como dices. No digamos ya por escrito, malos tiempos para la gramática.
Cierto es que da gusto ver como se expresan en Sudamerica, estoy totalmente de acuerdo contigo, tengo tendencia a fijarme mucho en estas cosas.
No soy ningún experto, dios me libre, pero imagino que uno de los mótivos está en la infravalorización de nuestra riqueza lingüística, del disfrute del uso de las palabras, de su variedad y sus recovecos...
Al menos sería de desear que los sudamericanos que vinieron a nuestra querida España a buscarse la vida, no pierdan estas virtudes que mencionas.
En fin que me enrollo y posiblemente no escriba más que obviedades.
Saludos Ángel.
Me parece raro que con los problemas que tenemos la agenda de los medios de comunicación y con ella la agenda propia de los ciudadanos se dedique a estas polémicas de tan corto vuelo. Puede que alguien diga que siempre será mejor que hablar de futbol. Al final puede que a cuentas de estas historias podamos trazar una linea recta que nos lleve al fondo de nuestros problemas.
Adolfo, no son obviedades. Al final la lengua con la que nos comunicamos y el modo de utilizarla dan cuenta de la riqueza y de la creatividad de los pueblos. Aquí parece que estamos muy orgullosos de los cientos de millones de habitantes del mundo que hablan nuestro idioma y consideramos que eso forma parte de nuestro capital intangible. Pues aplíquemonos el cuento y mejoremos. Si es que aun estamos a tiempo.
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