Panel electoral con los símbolos de los partidos presentes en las últimas elecciones parlamentarias de Marruecos
¿Será el gobierno Benkirán el primero de la transición hacia
una democracia verdadera en Marruecos o el último del sultanato resistente a la
aceptación de su final como régimen?
Es cierto que nadie está en condiciones de responder con
certeza plena al dilema pero si que sabemos que esa es la pregunta de orden en
los momentos actuales.
Las primeras declaraciones del flamante nuevo primer
ministro-presidente del gobierno en la nueva definición constitucional- dan fe
de su fidelidad hacia la figura del rey-“hemos optado por preservar la
monarquía”- como principal seña de
identidad de su proyecto. Una nueva generación de políticos entrarán a formar
parte de la nomenclatura a la vista de un pueblo que desprecia al conjunto de
la clase política en el que incluye al PJD. Así se cumplen los designios que
dieron carta de naturaleza a un partido nacido como válvula de seguridad del
régimen.
Sin embargo, y esta es la novedad, la frialdad de la reunión
del rey con el nuevo primer ministro, se habla de cinco minutos de duración de
la misma, y la elección del lugar de celebración, lejos de la capital política
del país y en un “punto negro” de la trayectoria del PJD, genera dudas sobre la
disposición del rey a colaborar con el nuevo gobierno. Es lo bueno de la
rigidez protocolaria del sultanato, que hasta los más mínimos gestos pueden
tener su interpretación hermenéutica. A nosotros se nos escapa si lo que
pretende el rey es marcar su territorio o si los comentarios que se le
adjudican sobre su escasa sintonía con Benkirán son ciertos. Misterios de palacio
que en cualquier caso no carecen de interés.
Los partidos de la Kutla, sostén parlamentario y/o de
gobierno imprescindiblemente, han quedado reducidos a su mínima expresión y difícilmente
pueden tener una voz protagonista en los acontecimientos salvo que decidan
convertirse en piezas del derribo del régimen, nunca del fortalecimiento de una
transición exitosa cuyas glorias de producirse serán en beneficio del PJD.
Están atados al palo mayor de la nave y no tienen forma de saltar del barco.
A todo esto los partidos dinásticos directamente vinculados
a la casa real ya han anunciado su propósito de convertirse en la oposición,
algo así como si en los albores de nuestra democracia la persona de nuestro rey
hubiera estado más cómoda atrincherándose detrás de Alianza Popular en vez de impulsar
los proyectos reformistas a través de los gobiernos de la UCD. Seguramente su
anuncio es más bien algo así como la historia de la zorra y las uvas.
Y como fondo que viene a explicar la situación unos
resultados electorales que a pesar de la movilización por tierra, mar y aire de
infinitos recursos clientelares no han conseguido ni por activa ni por pasiva
llevar a las urnas a casi las tres cuartas partes del electorado posible. Y eso
sin contar las innumerables trapisondas producidas en el recuento, tal como
está relatando Bernabé López desde Eskup
(Sáhara, votos nulos,etc).
Y en la trastienda de los acontecimientos asistimos al
fortalecimiento del movimiento 20F que está más presente que nunca en las
calles, a despecho de los que pensaban que desaparecería, y que anuncia que no
cejará en su lucha por el cambio y que no piensa dar tregua alguna al nuevo
gobierno con lo que la dinámica entre transición y ruptura sigue presente. De
hecho los resultados electorales han sido interpretados en clave de apoyo
popular a los movimientos de resistencia.
Mientras tanto en Europa, acosados por nuestros propios
problemas, nos limitamos a dar cuenta de la situación con lamentables
ejercicios de buena voluntad y de comprensión de las dificultades del régimen
alauita para poner en marcha la transición hacia la democracia. Ni siquiera
tenemos en cuenta las enormes diferencias entre los islamismos tunecino,
egipcio y marroquí. Todo va en la misma clave interpretativa. Como si Marruecos
fuese la luz, el modelo a imitar.
Es patético seguir demorando sacar conclusiones ya sobre el
fracaso del proceso de democratización en Marruecos. Parece que queremos
demostrarnos a nosotros mismos que las cosas marchan bien. El editorial que
TelQuel acaba de publicar como análisis de las elecciones en Marruecos desvela
con claridad los errores de las diplomacias y los gobiernos europeos y
americano. Recomiendo
muy vivamente su lectura. Sigamos con el cuento. Pero luego no nos
asombremos.
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CASA FUNDADA EN EL 2005. Me dicen que si no tienes un blog no existes. No es que tenga muchas ganas de existir en este mundo sutil de los blogs pero tampoco quiero quedar como un ser extravagante.
30 de noviembre de 2011
Nuevo gobierno islamista en Marruecos. ¿Continuidad o reforma?
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1 comentario:
Gracias por la entrada, y quizás más, por el artículo de Telquel. El mismo resalte del artículo parece de una aplicabilidad asombrosa, aún en España, y a varios niveles: "L’exercice du pouvoir est au cœur de nos problèmes et il est inutile, voire malveillant, de nous faire croire que c’est une question tranchée, finie."
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