Cuadro del pintor Armando Suárez Couto que se encuentra en la oficina de Turismo del Ayuntamiento de Ribadeo. Es un cuadro que representa al Viejo Pancho con atuendo gauchesco.
Una de las novedades de este año de Ribadeo es la colocación del cuadro dedicado al Viejo Pancho en la oficina de Turismo del concello. Llama mucho la atención a los visitantes que se preguntan que pinta el retrato de un gaucho en un ayuntamiento de Galicia. Pues la cosa tiene su explicación.
Vamos por partes. ¿Quien era el Viejo Pancho?. Se llamaba Jose María Alonso y Trelles. Nacido en Ribadeo en 1857 emigró a Uruguay de muy joven y allí desarrolló una rica vida literaria en la que destacó como poeta gauchesco. Incluso obtuvo la nacionalidad uruguaya y fue diputado de la nación oriental. Tanto en Uruguay como en Ribadeo se se reverencia como un personaje histórico. En Ribadeo son innumerables los recuerdos dedicados al prócer que un día marchó como tantos otros a América para labrarse un futuro. Trelles pudo volver a su tierra en la madurez de su vida. Es curioso como las relaciones Ribadeo Uruguay han seguido muy vivas a lo largo de la historia. Aquí tienen casa algunos uruguayos bien conocidos. Y viven y trabajan una pequeña colonia de uruguayos como médicos, enfermeras y empresarios. Curiosamente el mismo y actual alcalde de la localidad nació en Montevideo.
Ahora toca hablar sobre el cuadro. Es obra del artista local Armando Suárez Couto y debió ser un encargo del ayuntamiento para adornar la sala principal de la Biblioteca Municipal que durante muchos años se alojó en los bajos de la joya del modernismo indiano conocida como la Torre de los Moreno, hoy en un deplorable estado de conservación. El cuadro ha sido restaurado recientemente por técnicos de la Diputación de Lugo y por la experta ribadense Marta López Lozano.
Para comentar la obra le he pedido a mi amigo uruguayo Sergio que me escribiese unas lineas y esto es lo que me cuenta sobre la iconografía del cuadro de Suárez Couto:
"Sencillo pero bonito. Fuentes para inspirarse tuvo varias, ya que el género gauchesco tuvo seguidores en ambas orillas del Plata. Los más destacados en Uruguay fueron Juan Manuel Blanes y Eduardo Castells Capurro, uno del siglo XIX y el otro del siglo XX. Aunque de todos modos, los atuendos y aperos del gaucho y su caballo son los mismos que se siguen usando hoy en el campo para realizar las labores (mucho más cómodo que usar un jean), y cuya versión dominguera o "pa salir", se sigue usando en las domas, los festivales folklóricos, las bailantas, los asados con cuero a beneficio de la escuela o la capilla del lugar, las exposiciones de ganado que se hacen en Montevideo, los desfiles de las caballerías gauchas, etc.
Todo exactamente todo, se sigue usando: el cinturón ancho con monedas, el talero, el pañuelo, el sombrero horroroso, etc. Las botas son las de un gaucho más contemporáneo, si se las compara con las botas de potro que se ven en los cuadros de Blanes (que más que botas son unos pedazos de cuero que se envolvían alrededor del pie y el final de la tibia, y que dejaban los dedos afuera.
El caballo es un típico representante de la raza criolla, raza "buena para todo", y que se la usa para tirar de carros, arar, montar y correr raids de resistencia. Ya lo dice radio Clarín: A lomo de caballo criollo, se hizo la Patria.
Y el paisaje es más una pampa que la penillanura ondulada uruguaya, pero bueno, nadie es perfecto.
Si te fijas en Internet, dentro de las obras de Blanes (el pintor de la Patria) aparece el retrato de Carlota Ferreira, una señora muy empulpada para nuestros gustos actuales. Esa señora era casada y morfinómana. Se hizo amante de Blanes, luego de su hijo, luego padre e hijo se pelearon. El hijo se fue a Europa y no se supo más de él; y Blanes padre viajó hasta allí y lo anduvo buscando dos años o algo así, pero sin suerte."
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