1 de marzo de 2010

Conflictos diplomáticos semánticos y pollas en vinagre

Foto encontrada en Flickr. Colección Kaspersa


Imáginese por un instante que un país de América Latina decide mandar a España como embajador a un diplomático llamado Don Luis de la Polla Grande. Nada que extrañar pues al fin y a la postre ambos apellidos existen en el mundo real. Incluso en muchos paises de América la polla no es precisamente eso que usted está pensando, sino la forma tradicional de nombrar a los sorteos de lotería. En Chile por ejemplo uno se pone muy contento si te toca la polla. Incluso existen pollas de beneficiencia y no tienen nada que ver con actividades sexuales buenas para la salud.

Bueno, estábamos con el señor embajador de la Polla Grande. Llega a Madrid a presentar sus cartas credenciales. Y no pasa nada. Legalmente hablando. Liberales que somos.

Pero en algunos paises como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Arabia Saudí ese liberalismo no es posible. Un diplomático paquistaní llamado Akbar Zeb no ha obtenido el placet obligado para representar a su pais ante los gobiernos de esas naciones árabes. La historia la cuenta hoy el diario español El País con cierto cachondeito.

Lo han adivinado. Akbar es grande en lengua arabe como casi todo el mundo sabe. Y Zeb es la denominación popular que en esa lengua tiene el órgano sexual masculino. Aunque en urdu, la lengua propia del Pakistán, solo es un nombre común de persona.

Lo curioso del asunto es que algún que otro intelectual saudí haya dicho que aceptar a un embajador con tales referencias "cruzaría todas las líneas rojas de la cultura nacional".

Algunos se la cogen con papel de fumar. Perdonen el mal chiste pero es lo que procede en estos casos.

Por cierto que me ha costado un tiempo encontrar un tema para la foto de portada. Espero que entiendan el chiste. Para los menos entendidos solo decir que en Yecla las pollas en vinagre son una conocida tapa de bar que consiste en una sardinilla en aceite. Humor murciano.

Y si quieren reirse un rato largo a cuenta de nombres divertidos de personas visiten la bitácora 66.

3 comentarios:

Carlos Osorio. dijo...

Siempre se agradece el buen humor

Adolfo Gasca dijo...

Me encantan los bares que aun conservan la costumbre de escribir en los azulejos las raciones que ofrecen. Algunos también lo ponen en el cristal de la puerta de entrada. Se esta perdiendo las buenas costumbres, por cierto a mi me parece muy castizo pero no sé si lo harían en otros lugares de España.

Curiosa historia.

Ángel de Olavide dijo...

Pues si, Carlos. El humor es uno de los pocos refugios que todavía salen gratis para preservar cierta lucidez ante la confusión del mundo.

Adolfo, la profesión de rotulista y de letrista- asi se llamaban antiguamente- manual está de capa caida. Yo creo que en los pocos sitios en los que se mantiene ya no tiene esa gracia de antes. Eran verdaderos artistas. Conocí a uno de ellos, el señor Gregorio. Viajaba por todo el país dibujando en cristales, pizarras, espejos y azulejos todo tipo de cosas. Eran verdaderas obras de arte.

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