Por mucho método asambleario que pongamos encima de la mesa al final resulta que la razón se subordina a las emociones. Somos así, nos construimos y desconstruimos con emociones. Esta noche de domingo la asamblea de Sol ha tentado la suerte y ha decidido no decidir que hacer con el campamento lo que significa que otros decidirán por ellos. Es posible que los acontecimientos de Barcelona o de París hayan creado en el ánimo de la gente una cierta ofuscación. La criatura que se ha creado en Sol es el ánimo de cambiar la sociedad cambiando la política. Los armatostes, los toldos, los papeles y cartelones, las infraestructuras de Sol no son nada comparado con el impulso social creado en los barrios, en los medios, en las redes digitales.
Ya se que es duro. Que la pregunta de tantos jóvenes es ¿y por qué tenemos que elegir? Pues por razones políticas. Por las razones que han acompañado las luchas democráticas a lo largo de tantas generaciones aquí y en todas partes. Irse es la decisión de la razón para llegar a los barrios como líderes, como movimiento orgulloso de sus avances. Quedarse es convocar la lucha en el plano en el que vuestros adversarios se encuentran mas a gusto. Lo hemos visto en Barcelona, lo vemos en París hoy mismo.
Mañana, el martes o el miércoles será más difícil todavía decir adiós. Numancia está en nuestros genes. Numancia es la emoción de una aventura.
Pero pensemos en una cosa. ¿Cómo quieres llegar a las asambleas del sábado próximo? Con las propuestas, con los avances de tantas y tantas horas de debate puestas encima de la mesa para ofrecerlas a tus vecinos. O con una lista de agravios nuevos, innecesarios.
Me lo pregunto yo mismo y no sé qué contestar. Mi corazón me dice Numancia. Pero mi cabeza me dice que vuestra lucha es la única luz para reconstruir un movimiento ciudadano descabezado, para renovar las estructuras anquilosadas de los partidos políticos, de todos ellos. Para gestionar el cambio necesario. No para pagar multas o para reproducir combates callejeros, que ninguno de nosotros queremos.
En cualquier caso vaya por delante mi agradecimiento. Lo que “ya” habeis hecho tiene un valor excepcional. Ningún error, ninguna emoción le restará mérito. Incluso, muchos aprenderán lecciones que en algún momento hay que aprender. Mejor eso que acertar con consejos ajenos. En cualquier caso la asamblea de esta noche que he seguido atentamente por streaming dejará una huella imborrable en la memoria de todos. Ha sido uno de los espectáculos políticos mas brillantes de la historia de España.
2 comentarios:
Comparto tu análisis con la estructura que las circunstancias nos dieron a lo largo de la vida. Sin embargo, Numancia queda dan fuera de nuestra experiencia como alguna de las perspectivas que pueden dar nuevas armas de lucha que nosotros no experimentamos. Es decir, en nuestra previsión está integrado el pasado, pero la predicción de un futuro cambiante por las circunstancias es más aleatoria, a pesar de todo el bagaje que ya tenemos. Es decir, ojalá que quien nos equivoqemos seamos nosotros. Creo que queda poco margen para eso, pero si alguno.
Tienes toda la razón Antonio. La historia está siempre por escribirse. El problema que detecto es que junto con la crítica a los partidos, plenamente justificada se da, y en España esto es una tradición, un desestimiento de la política. Una descreencia en que la política sea una herramienta para el cambio y para la gestión democrática. Y hacer política es mucho mas que defender símbolos. Para muchos jóvenes Sol y las acampadas que han nacido a su imagen tienen mas de fetiche que de herramienta. No se dan cuenta que los símbolos valen mas con la luz del triunfo, del éxito, que con la niebla del fracaso. Pero bueno, como tu dices. Que los equivocados seamos nosotros...
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