26 de junio de 2014

Manifiesto de artistas e intelectuales a favor de la autodeterminación del pueblo saharaui

Foto del grupo de intelectuales, escritores, poetas y artistas que viajaron en fecha tan temprana como 1981 a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf a expresar su solidaridad con el pueblo del Sáhara Occidental.

Esta semana se ha celebrado un encuentro de artistas, escritores e intelectuales para rememorar el viaje que en 1981 otro grupo importante de ellos realizaron a los territorios liberados del Sáhara Occidental y a los campos de refugiados en los que la población civil saharaui tuvo que refugiarse como consecuencia de la ocupación marroquí y el abandono de la administración colonial española.

Hoy, como entonces. los reunidos en Madrid han manifestado su intención de promover nuevas iniciativas a favor del pueblo saharaui y han manifestado su propósito, mediante un llamamiento a la comunidad española y latinoamericana de artistas, escritores y poetas, para realizar nuevos viajes de encuentro con las poblaciones saharauis en los territorios ocupados y los campamentos de refugiados.

El llamamiento que hoy mismo han empezado a difundir es el siguiente:

" LLAMAMIENTO DE ESCRITORES, ARTISTAS Y PROFESIONALES DE LA CULTURA A FAVOR DEL PUEBLO SAHARAUI"
 
UNA LARGA Y TRISTE HISTORIA
El 14 de noviembre de 1975 comenzó para el pueblo saharaui una triste historia de guerra, exilio, éxodo y atropello de los más elementales derechos humanos como el de la vida, el de la libertad, y el de la autodeterminación y la superación del colonialismo. Parece mentira que aquellos niños que, acompañando a sus familias, recorrieron el desierto en todas las direcciones para librarse del acoso y del fuego de napalm del ejército marroquí sigan, convertidos ya en abuelos, huérfanos de esos mismos derechos sin que la comunidad internacional haya movido un dedo en su auxilio y su defensa. Más allá del reconocimiento explícito sustanciado en múltiples resoluciones de la necesidad de promover la paz y solucionar el conflicto mediante una consulta de autodeterminación, mil veces afirmado en los papeles y las mismas mil veces negado en la práctica, se puede certificar que tres generaciones de saharauis han visto una y otra vez cómo se les vuelve la espalda y se les niega el pan y la sal de su libertad personal y la de su pueblo.

RESPONSABILIDAD HISTÓRICA DE ESPAÑA
Si en alguna parte del mundo se es plenamente consciente de esta triste historia es en España. El hecho de haber abandonado nuestro país sus responsabilidades como potencia colonial después de haber mantenido vinculaciones políticas, humanas y culturales durante muchos años, ha permitido, en gran medida, que el desafuero contra el pueblo saharaui pudiera cometerse con mayor facilidad. Gobiernos españoles de distintos colores políticos han pretendido descargarse de toda responsabilidad mediante diversos procedimientos. Se ha pretendido que en la ecuación de las relaciones diplomáticas con Marruecos el peso del dossier saharaui apenas cuente. Siempre hay algún interés de estado al que subordinar nuestras obligaciones históricas con el antiguo Sáhara Occidental Español. Ayer hoy y mañana,  la pesca, la inmigración, las políticas de orden público o cualquier otra razón sepultan la cuestión saharaui al último lugar de nuestras preocupaciones y de la agenda bilateral España-Marruecos.

LA SOLIDARIDAD DE UN PUEBLO
Nuestro pueblo, de forma natural, ha entendido que esas prácticas no correspondían con el interés a largo plazo de nuestro país y, mucho menos, con el respeto que debemos a nuestra propia historia. Y en la avanzadilla de ese sentimiento han estado, sobre todo en los momentos más críticos del conflicto, nuestros poetas, nuestros artistas, nuestros intelectuales, nuestros cineastas.

En 1981 se dejó prueba contundente de ese compromiso por parte de un nutrido grupo de escritores, poetas y artistas que acudieron a los territorios donde se encontraban las poblaciones huidas de la masacre militar marroquí y las zonas que el pueblo saharaui estaba liberando mediante la resistencia armada. No fue el año 1981 un buen año de nuestra historia. El golpe del 23 de febrero significó un retorno a los peores miedos de nuestra dictadura. En aquellas difíciles condiciones anímicas, ese grupo de intelectuales encontró el momento de reunirse en el desierto con el pueblo saharaui. Para escucharles, para conocer de sus penalidades y de sus ilusiones, para llevarles el aliento de la esperanza en un futuro mejor. Caballero Bonald, J.A. Goytisolo, Fernando Quiñones y sus demás compañeros de viaje, a los que posteriormente se unieron con sus aportaciones- publicadas en un libro que hoy es un pequeño tesoro bibliográfico- personas como Alberti, Benedetti y tantos otros. Aquellos hombres y mujeres de la cultura fueron capaces, sencillamente, de levantar el ánimo de los luchadores saharauis, de sus mujeres y de sus niños. El viaje de noviembre de 1981 es guardado en el corazón de los habitantes del exilio del Sáhara Occidental como un hito, un episodio magnífico, que demostraba que su lucha tenía sentido.

UN PUEBLO QUE SIGUE A LA ESPERA DE LA JUSTICIA INTERNACIONAL
Pasaron diez años y terminó la fase militar y guerrera del conflicto. Miles de víctimas, de huérfanos, de inválidos siguen a la espera del acontecimiento que les permita retornar al territorio que vio nacer a sus mayores para encontrarse con sus antiguos vecinos, con las familias que no quisieron o no pudieron marchar al éxodo y que desde entonces mantienen una pelea desigual contra la opresión colonial del país del norte. Hoy el combate que simbolizan personas como Aminetu Haidar causa el asombro de millones de españoles y al calor de ese drama la solidaridad española crece y es capaz de realizar gestas nunca realizadas a favor de ningún otro pueblo como las de traer a miles de niños cada verano para descansar de las penalidades de la vida en los campos de refugiados de la Hamada de Tinduf.

Al tiempo que el pueblo saharaui demuestra su capacidad de resistencia, el gobierno marroquí sigue empeñado en quebrarla por todos los medios. Destruyendo casas y requisando propiedades, deteniendo y torturando a activistas y gentes del pueblo. Expulsando de los territorios ocupados a los desafectos y promoviendo en los medios de comunicación campañas de acoso y derribo contra las ideas de libertad y de emancipación. Negándose a aceptar dar solución final al último territorio colonial del mundo. Para ello cuenta con el aliento y la comprensión de gobiernos como el francés o como el español. Ese obstinación en anular por la fuerza de los hechos y de la represión el necesario pronunciamiento del pueblo saharaui en torno a su determinación como nación y como estado libre solo puede traer más conflicto, más sufrimiento para todos. Cabe, incluso, el retorno a las armas como única salida practicable a un pueblo desesperado y humillado.

COMPROMISO DE LOS ESCRITORES Y ARTISTAS ESPAÑOLES
En esa coyuntura los intelectuales españoles, al igual que los que participaron en el viaje de 1981, debemos y queremos demostrar una vez más nuestro compromiso y solidaridad con el pueblo saharaui. Queremos dejar constancia de ello viajando de nuevo a los territorios de la Hamada de Tinduf, a las regiones liberadas y también a las zonas ocupadas para encontrarnos de nuevo con el pueblo saharaui, con sus mujeres, sus jóvenes y niños, con sus ancianos, para renovarles nuestra fe en un próximo final de ese ciclo de dolor iniciado en 1975. Y sumar a ese proyecto otras actividades de difusión pública de nuestro empeño y compromiso como la edición de libros conmemorativos del viaje de 1981. Para ello contamos en los distintos territorios del Sáhara con la colaboración de intelectuales, escritores, poetas y artistas saharauis con los que pretendemos relacionarnos de forma privilegiada. Hoy el pueblo saharaui ha construido instituciones y tejido social que convierten este proyecto nuestro en un proceso más sencillo y, posiblemente, más sólido que entonces.

En esa condición solicitamos la adhesión a este llamamiento que encabeza provisionalmente un grupo promotor.

El grupo promotor, que no quiere adelantar el perfil definitivo del proyecto dejándolo abierto a la iniciativa de muchos otros participantes,  inicia este proyecto, contando exclusivamente con la fuerza de la memoria y el sentimiento de contribuir, mínimamente, a la consecución de una verdadera paz para los saharauis y para los pueblos de la región. No somos enemigos de nadie ni queremos contribuir a ninguna ceremonia de la confusión. Sólo queremos escuchar las voces del pueblo, conocer sus inquietudes y exigir el cumplimiento de las leyes internacionales.

Julio de 2014

FIRMAN ESTE LLAMAMIENTO
Angel Alda, Emilio Sola, Javier Reverte, Ana Rossetti, Inma Chacon, Eduardo Soto Trillo, Laura Casielles, Juan Carlos Gimeno, Juan Ignacio Robles, Zahra Ahmed Hasnaui, Bahia Mahmud Awah, José Ramón Heredia, Conchi Moya Fernandez, Emboirik Ahmed Aomar.



24 de junio de 2014

Festival Internacional de Música Clásica de Ribadeo 2014


Una vez mas Leopoldo Erice consigue formar un impresionante cartel de artistas para el Festival de Ribadeo de agosto.

Este año contaremos con la participación del cuarteto de cuerda Penderecki String Quartet, de la soprano Leslie Fagan, y del clarinetista James Campbell.

Será entre los días15 y 22 de agosto. Ya puedes reservar tu estancia en las altas y marinas tierras del norte cantábrico. Si necesitas mas información en la web del Festival lo tienes todo

4 de junio de 2014

¿PODEMOS?

Mitin electorial de PODEMOS en la plaza de Olavide. 27 de Abril de 2014


Dedicado a mi querido amigo Max

¿Qué es Podemos? Si vas a hacer caso a periodistas de la derecha o a conspicuos líderes de la izquierda estos chicos de P- a partir de ahora utilizaré la letra P para abreviar- son un peligroso grupo de rojos bolivarianos o chavistas que vienen a destruir la democracia occidental con propuestas demagógicas anticuadas. Otros mejor intencionados hablan de ellos como idealistas sin conexión con la realidad e intoxicados con la fraseología revolucionaria del panteón marxista. Por último los partidarios de partidos situados en un espectro político relativamente cercano como la gente de Izquierda Unida no suelen hablar en público sobre lo que piensan de ellos pero en privado te dicen que son un grupo de herederos de los viejos aparatos trotskistas supervivientes de la época del franquismo asociados a otro grupo de jóvenes profesores universitarios y liderados por un atrevido lider con coleta.

La realidad es que P es un conglomerado de activistas procedentes de diversas familias ideológicas de la izquierda que han sabido interpretar el latido de los tiempos y lanzar a la arena electoral un programa político simple y sencillo: recuperar el poder para la gente quitándoselo a las élites del poder económico, financiero y a sus aliados y socios políticos. Ese discurso sencillo es repetido una y otra vez siguiendo las enseñanzas del viejo marketing comercial, de las técnicas de la comunicación de masas y las apuestas filosóficas de pensadores y politólogos post-marxistas que tratan de interpretar el mundo a la luz de los fenómenos de la globalización y del incremento de los poderes financieros. Slavoj Žižek, Zygmunt Bauman y, desde el fondo de los tiempos, un renacido Antonio Gramsci serían sus fuentes ideológicas mas próximas pero sin descartar las aportaciones de intelectuales, políticos y pensadores procedentes de diferentes troncos ideológicos. No es raro escuchar a Pablo Iglesias referirse con cierta desfachatez a gentes como Keynes, Wilson, etc. Para evidenciar mejor sus rasgos merece la pena atender a las pocas informaciones aparecidas sobre el perfil de sus votantes. Por ejemplo las de El País en las que comprobamos la densidad de orígenes de los mismos y su relativo acercamiento a los distintos partidos tradicionales de la izquierda. Eres como los que te votan. Y en el caso de P, la diversidad parece ser la nota dominante de sus electores.

Ese discurso no ha nacido en el vacío. Ha surgido como resultado del encuentro en la calle y las plazas de cientos de activistas del 15 M que a lo largo de tres años han ido reflexionando sobre la realidad política de nuestro tiempo y lanzando o sumándose a cientos de iniciativas y movilizaciones sociales. Lucha contra los desahucios, mareas ciudadanas, etc. Allí, en las plazas y asambleas, se ha ido fraguando la amistad y el compromiso de gentes de diversa procedencia. No todos los activistas se han sumado al empeño. Uno de los troncos principales del 15 M, los sectores ácratas o libertarios son irreductiblemente enemigos de la presencia en las instituciones y de la actividad electoral. Otros prefirieron sumarse a empeños políticos de largo aliento como IU y abandonaron su presencia en las calles tempranamente o le dieron forma específica como el proyecto de Foro Cívico alentado por Julio Anguita. Fue muy difícil conseguir que el 15 M se pronunciase colectivamente a favor de convertirse en un referente político pero eso en vez de suponer una frustración para algunos de los activistas de ese movimiento popular supuso un aliciente para hacer nacer un proyecto político fiel al espíritu del 15 M. Para ello debieron captar el interés de pequeños grupos organizados como el de Izquierda Anticapitalista, formación heredera de los viejos aparatos trotskistas españoles, que se sumó al empeño de forma generosa. Nada hubiera sido posible sin la presencia en el grupo promotor inicial de veteranos activistas políticos formados en los aparatos de la izquierda española y de conocedores de las formas de movilización social nacidas en las redes sociales. Esa combinación de orígenes tan diversos y esas pequeñas bases relacionales han hecho posible el milagro.

Pero nada de lo que ha pasado hubiera sido posible sin contar con otras dos realidades específicas de nuestro sistema político. El declive y apagamiento del PSOE, nacido de su derrota política del 2012 y la falta de reflejos y de modernización de IU. La deriva socialista provocada por su fidelidad a la disciplina exigida por las élites europeas y su incapacidad de hacer una lectura crítica del lugar a donde esas políticas nos llevaban ha conducido a su actual estado de perplejidad y postración. Ahora que son conscientes de ese error tienen dificultades para liberarse de viejos compromisos y herencias ideológicas y proponer cambios de las reglas de juego más allá de la cosmética. Las elecciones europeas han evidenciado la densidad de ese drama. Han pensado y siguen pensando que las ventajas para los grandes partidos nacionales del sistema nacido de la transición y las rentas del fiel voto socialista les servirían para atenuar su crisis. El hecho de gobernar en Andalucía en coalición con Izquierda Unida les ha hecho creer que ese modelo de asociación sería suficiente para iniciar un nuevo ascenso al poder basado en el decaimiento natural y la erosión electoral del PP. Pero no ha sido así. Nadie da nada gratis en política, ni el voto siquiera, si no ven en ti un interés en cambiar y en modernizar tus propias estructuras. 

El PSOE se ha hecho antipático a las gentes de su propio campo y no ha captado el signo de los tiempos. Desgraciadamente parece que siguen sin ser conscientes del problema. Su dontancredismo y su compromiso irredento con el régimen constitucional del 78 a cuenta de la abdicación del rey señalan muy bien el contorno de su problema. Lo peor de todo es que las brechas por las que pierden votos crecen a babor y estribor y que no saben como atajar los daños en la cubierta y el casco  preocupados como están por organizar la sala de máquinas y la de mando. 

Izquierda Unida heredera natural como señala nuestra historia  electoral del voto desencantado de los socialistas tampoco ha sabido leer debidamente las tripas del ave y se ha encontrado con un pariente imprevisto en el banquete. Su tradicional sectarismo antisocialista y la dificultad, común con las del PSOE, para integrar discursos territoriales tan diversos como los de Andalucía, Catalunya, Euskadi o Extremadura- ellos lo llaman diversidad federal- ha creado una confusión entre sus votantes y simpatizantes que no saben cual es la línea dominante de su estrategia política para España. Si a ello le sumas una penosa campaña electoral marcada por una candidatura muy de aparato tienes el resultado que tienes. Digno resultado pero muy lejano del alcanzado ya por la coalición para las mismas elecciones en tiempos de Anguita y sobre todo muy alejado de sus expectativas. Ahora se encuentran en una situación frustrante y parece que tienen ganas de superar sus limitaciones mediante un ejercicio voluntarista de un liderazgo global de la izquierda alternativa que se les escapa por minutos. Son muchos los votantes de Izquierda Unida que a la vista de los resultados de P declaran que de haberlo sabido hubieran votado por la nueva formación. Aquí tienen una vía de agua que P explotará resueltamente evitando caer en políticas de subordinación a IU. Estoy seguro que P sabrá superar las agresivas demandas de cooperación que sin duda IU les ofrecerá e incluso les ofrecerá con generosidad. 

P, adolescentemente envanecida en sus logros, querrá marcar su perfil identitario diferenciado como un elemento necesario para su crecimiento. El debate sobre la sucesión monárquica y la naturaleza de las próximas elecciones locales altamente exigentes en materia de aparato pueden atenuar esa búsqueda de diferenciación que la prenda exige. O no. Imposible de saber. Me temo que el precio exigido a IU para subir al altar matrimonial con P y con otras fuerzas como EQUO supere la capacidad de sacrificio de esa formación. En los cenáculos y las redes sociales se ve a los dirigentes de IU muy acelerados, como con ganas de demostrar sus dotes como galanes del pacto.

Existe otra razón muy importante para pronosticar que P no se va a dejar llevar por las prisas. Y aquí entramos en territorios pantanosos. Se ve, se percibe en la calle, la ilusión que ha despertado P en amplias capas sociales y en colectivos políticos. P, con la ayuda inestimable de los medios de comunicación y los exabruptos tan poco inteligentes de personajes como Felipe González y otros se ha convertido en un objeto de deseo para mucha gente. P no se ha dotado de un aparato capaz de integrar esa simpatía y ese acercamiento de manera organizada. Deliberadamente han optado por un modelo de organización en red, los llamados círculos, dificilmente permeables y enredables por la entrada de personas de toda procedencia que pretendan incorporarse, la gran mayoría con objetivos honestos, a la organización. Los que tenemos ciertos años y cierta experiencia recordamos muy bien los días de la transición y los serios problemas de organización nacidos de la entrada masiva de personas en las estructuras de partidos como el PCE o el PSOE. En el caso del PCE aquella avalancha y ciertas prácticas organizativas que buscaban su ordenamiento- la famosa territorialización- contribuyeron a provocar su colapso muy pocos años después. En el caso del PSOE el problema fue algo distinto y posiblemente mas peligroso, la masiva incorporación de supuestos militantes no fue debidamente ordenada y muchos de aquellos nuevos simpatizantes se convirtieron en fuerzas que parasitaron, todavía lo hacen, el aparato del partido.

La creación de los círculos de P pretende crear un puerto de desembarco que permita filtrar con tranquilidad las nuevas incorporaciones y mantener al mismo tiempo preservadas las pequeñas, activas e inteligentes redes promotoras. No es fácil el empeño pero creo que P tiene una filosofía de gestión de la militancia muy basada en los viejos principios del activismo leninista y trotskista y moderada por las informales prácticas de las redes sociales. En definitiva, un modelo de partido de nuevo tipo sin demasiadas hipotecas. El rasgo, que honra a P, de renunciar a las subvenciones públicas ofrecidas por el estado por resultados electorales permiten adelantar que tienen ciertas prioridades organizativas y que no se van a dejar llevar por improvisaciones o ligerezas. Hay dudas interpretativas, por lo menos yo las tengo, sobre la contradicción del aparente hiperliderazgo de un Pablo Iglesias con el modelo asambleario y, ciertamente, libertario de sus activistas forjados en el movimiento 15 M.

En cuanto al programa político poco más puedo decir de lo indicado con anterioridad en esta nota. El público quiere una nueva ilusión, quiere encontrar nuevas seguridades y le importa más el continente que el contenido. Saben que los programas son lo que son y que la realidad luego siempre los va a desmentir. Nadie llega a la fiesta electoral convocado por este u otro punto de un programa determinado. Vale más la historia y la trayectoria. Ante el empuje de nuevas fuerzas los partidos, los viejos partidos, poco pueden ofrecer salvo las evocaciones típicas de un Rajoy de aquello de ser una persona previsible o las del PSOE enseñando a todas horas a sus viejas glorias, aquellos que cambiaron el país de arriba abajo. Puede que la necesidad de abordar programas locales y territoriales obligue a Podemos a refinar su proyecto pero tampoco veo la necesidad. Seguirán lanzando como gancho electoral el poderoso slogan de la casta, que siendo profundamente injusto es al tiempo profundamente creíble y razonable como explicación de nuestros males. Aquello del chivo expiatorio. Vieja y buena cultura clásica que seguirá funcionando siempre.  

Tal como exigen los contratos internacionales debo incluir una claúsula de advertencia. El que firma esto admira a los militantes y activistas de Podemos que conoce de su barrio, Chamberí. Las personas que forman parte de ese colectivo tienen una trayectoria limpia y de largo aliento. Esta campaña electoral me la he perdido, y de alguna forma, deliberadamente.  Me largué fuera del país. Cuando he vuelto me he encontrado con que amigos que en ateriores elecciones votaron por PSOE o por IU, esta vez se han inclinado por Podemos. Yo, debo confesar, que de estar aquí posiblemente hubiera hecho lo mismo. De que forma esta declaración justifica todo lo dicho anteriormente ustedes verán. No tenía previsto escribir, ya saben los que me siguen lo poco activo que estoy en los últimos tiempos a hacerlo, pero si lo he hecho ha sido a petición de buenos amigos que me han pedido que vuelque aquí mis mejores conocimientos sobre la materia Podemos. Materia de moda por la cantidad de rios de tinta que se están dedicando al mismo. No se si lo escrito les aclarará algo. A mi me ha servido para aclararme a mi mismo.

2 de junio de 2014

EL PRÍNCIPE Y LA REPÚBLICA

La Puerta del Sol de Madrid, esta tarde.


Acabo de volver de la Puerta del Sol donde estaba convocada una de las muchas concentraciones políticas que se han convocado hay en España. Mucha gente, bullicio, ambiente tranquilo. Por mucho que algunos hayan querido ver en la jornada de hoy, abdicación de Juan Carlos, una especie de reedición del 14 de abril de 1931, hay que decir que nada de eso.

Aquello fueron otras circunstancias políticas e históricas. Juan Carlos, por mucho que su reputación haya caído espectacularmente en los últimos años, no es un personaje odiado por la mayoría del pueblo, como si lo fue su abuelo Alfonso. En aquellos momentos las fuerzas dinásticas estaban profundamente divididas y exhaustas y existía una oposición concertada desde los famosos pactos de San Sebastián. 

Hoy las fuerzas que amparan el sistema, si bien han sufrido un castigo electoral tremendo, tienen la capacidad de sumar esfuerzos para seguir consolidando las bases del acuerdo constitucional del 77. Y la oposición, tanto la estatal como la independentista o autonomista está fragmentada y no tiene la fuerza, todavía, para inclinar la balanza del cambio a su favor. Otras comparaciones como la de traer al recuerdo los años del enfrentamiento entre el régimen franquista agonizante y la oposición clandestina democrática tampoco tiene mucho sentido.

Sea lo que sea lo que nos depare el próximo futuro creo que hay que insertar el relevo real en un contexto de cambio generacional que bien podría contribuir, de desarrollarse debidamente, al inicio de un proceso de cambios políticos. Que esos cambios impliquen la llegada de un régimen republicano, que es lo que reclamaban los manifestantes de esta tarde, está por ver. Creo que existe un deseo profundo de reforma de las instituciones por parte de la mayoría del pueblo pero que difícilmente ese movimiento va a crecer o mejorar bajo el pabellón republicano, antes al contrario eso puede suponer el retraimiento de amplios sectores populares menos combativos o más acomodaticios. Demos tiempo al tiempo.

No creo en la capacidad taumatúrgica de nadie, menos de un príncipe mas discreto que aventurero y tímido que audaz. Entre otras cosas nuestro sistema político otorga relativo valor a la acción monárquica. Otra cosa es que el que será rey con el nombre de Felipe VI pueda operar dentro del estamento político como un elemento de conciliación y de invitación al cambio. Seguro que ese papel está dentro del espíritu del relevo que hoy se anuncia.

Hace cosa de un año me dio por idear una especie de argumento de novela de política ficción en el cual el príncipe y el rey lanzaban una especie de plan B para la reforma política de España que hubiera llegado al extremo de permitir un referéndum monarquía-república. Según iba trabajando en ese empeño mis escasas facultades como narrador me llevaron a dejarlo aparcado. Hoy voy a rescatar, pidiendo perdón por ello, el primer capítulo de aquella novela inacabada que llevaba por título el mismo que este post: El Príncipe y la República. En días posteriores puede que publique más capítulos de esa aventura.

CAPÍTULO UNO

UNA LARGA CONVERSACIÓN EN EL SALÓN DE INVIERNO

Las frases que mas le impresionaron de todas las que pronunció el profesor fueron las referidas a la juventud de su padre. La conversación facilitada por un sencillo almuerzo y una buena botella de vino de Cangas, sacada de la bodega en honor del invitado, se celebraba en un caserón cercano a Villanueva de los Oscos. El profesor le contó la historia de su abuelo materno. De como compró aquella propiedad en los años anteriores a la República para poder dar una salida razonable a la enorme biblioteca legada por su padre. Le enseñó alguno de los tesoros de familia. Las ediciones originales de libros de Jovellanos. La primera de La Regenta con sus dos tomos encuadernados y aquella ilustración medio juglaresca de sus portadas. El príncipe había llegado a media mañana con dos acompañantes a los que se invitó a marchar por la comarca y volver a media tarde.
Nunca nadie le había contado la dureza de la vida de su padre en el Madrid de los 50 y de los 60. La dificultad de encontrar confidentes con los que poder conversar en plena libertad de la situación de España y de su futuro. La imposibilidad de burlar el férreo control de los libros, periódicos, revistas que le llegaban del extranjero. De la cantidad de noes pronunciados por sus cancerberos para poder entrevistarse con éste o con aquel. Pero sobre todo le impresionó el comentario del profesor sobre lo que la calle decía de futuro monarca. Juan Carlos el Breve, le llamaban. Pensaban muchos, y bien avisados entre ellos, que era algo corto de entendederas y poco amigo del estudio y de los libros.
La historia que le habían contado al príncipe era distinta. El sacrificio del abuelo por enviar a España a su hijo y heredero por el bien de la institución monárquica y para que pudiese compartir vivencias con la sociedad española ya que él no podía hacerlo. Conocía el lugar en el que se había formado su padre, la finca de Las Jarillas, camino de Colmenar. Allí había tenido ocasión de compartir, contaba Felipe, tardes de fiesta, cumpleaños y bodas de amigos. Conocía sus salones llenos de cabezas disecadas de trofeos de caza y  las grandes cornamentas de los ciervos alfa. La serenidad de los jardines y el bullicio del bosque, el confort y el silencio de las habitaciones que daban al este, el rumor de la fuente del patio de atrás. Pero esa atmósfera apenas podía reflejar mínimamente el frio glacial con el que su padre era recibido en los salones cortesanos del franquismo. Quitando el calor de sus pocos amigos y compañeros de la época, seleccionados entre lo mejor de la burguesía del régimen por otra parte y entre los que no podía sentirse seguro con plenitud, la vida de su padre debió parecerse a un exilio dentro de otro exilio. Terrible etapa que los recuerdos del profesor rescataban para él joven príncipe.
Su padre no hablaba casi nunca de aquella época y sí lo hacía era para rescatar anécdotas poco significativas de problemas o malestar. Siempre admirará a su padre por ese temple le dice al profesor. Si él mismo reconoce la escasez de su formación sobre ese periodo de la historia de España es capaz de imaginarse lo que tuvo que ser la vida de su padre en aquellas condiciones. Por lo menos el príncipe tuvo acceso desde adolescente a los grandes pensadores del siglo XX español. Duda, incluso, que su padre tuviese la posibilidad de leer al mismo Ortega. Pero siente que le falta algo. Que le han educado en creencias y en imágenes descoloridas de aquella etapa de la vida de la familia. A su madre tampoco le gustaba mucho comentar sobre aquellos años. El caso es que el Príncipe nota que en su formación sentimental tiene lagunas que le dificultan entender debidamente el periodo franquista. Ha leído todo lo que se puede leer sobre la guerra civil. Desde las versiones mas centristas de los historiadores británicos y americanos hasta las mas cercanas al sentimiento republicano o franquista. Pregunta allá donde puede sobre las vidas personales de la gente de edad. Habla con gratitud de ciertos alcaldes de pueblo de Asturias o de Andalucía que le han narrado con sencillez casos verdaderamente espeluznantes de aquel conflicto. Es lo suficientemente sagaz como para saber que en este caso su desconocimiento es común al de la sociedad española pero le preocupa en la medida que eso le cierra otras puertas de la memoria colectiva. Que él no puede quedarse en la trastienda del comentario intrascendente. Que necesitaría entender más de ese periodo y construirse su propia memoria, su particular forma de entendimiento.
Confía tanto en el profesor que en un momento le confiesa “me casé con el pueblo para conocer la historia que nunca me habían contado y comprobé con espanto que el pueblo tampoco sabía mucho más”. El profesor le dice que no se sienta estafado por ello. Que así son las cosas y que a la fuente del saber siempre se llega después de una larga marcha.
Son muchas las reuniones, en teoría dedicadas al análisis de la vida universitaria de España, que el profesor y el príncipe van a dedicar a conocer las fuentes historiográficas del periodo a partir de esa reunión iniciática celebrada en la tierra nativa del primer Marqués de Sargadelos. El príncipe está obsesionado con el tema y son tantas las preguntas que lanza que el profesor se verá obligado, con la conformidad del primero, a incorporar al diálogo a determinadas personas de su plena confianza. Así es como empieza a crearse un núcleo de colaboradores que se ganan poco a poco la confianza del heredero. A lo largo de los meses, y a pesar del cuidado puesto en la forma de reunirse, siempre aprovechando viajes y otras circunstancias a modo de tapadera, ese grupo levantará las sospechas del entorno del príncipe y serán sometidos a investigación por algunos departamentos de la inteligencia. Los informes que llegan al Rey sobre el famoso grupo, que algunos llaman despectivamente “los consejeros de guardia”, no provocan en el monarca el mas mínimo comentario. Él tiene información de lo que ocurre día a día a través de la mejor fuente de todas: su propio hijo. Si la gente supiera…

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