30 de enero de 2010

Agustín Lara y el chotis "Madrid"



Buena se ha armado.

Un escritor llamado Raul Guerra cree haber descubierto que el chotis Madrid del mexicano Agustín Lara no fue escrito por el "Flaco" si no por un músico español exiliado llamado Rafael Escalona u Oropesa- que la cosa no está clara. Y encima la tesis la publica el mismo Ayuntamiento de Madrid lo que da al "descubrimiento" un cierto toque refrendatario.

No soy yo quien para bailar el chotis. Ni entro ni salgo en la polémica aunque mucho me temo que todo esto no sea mas que un entretenimiento castizo de los que suelen gustar a los naturales de la villa y corte. Lo de especular sobre esto o aquello nos gusta mucho. Crear misterios, inventarse conspiraciones y cambiar la titularidad de las calles es consustancial a nuestro sistema de vida tan falto de emociones.

Pero parece que en México, por cierto que todavía algunos se siguen empeñando en escribir Méjico a la antigua usanza, la cosa no ha caido nada bien. Y que los estudiosos y las múltiples amantes del genial músico- posiblemente mas numerosas ellas que ellos- se han cogido, perdón: agarrado, un cabreo monumental, tan Monumental como la Plaza de Toros de Ciudad de México, que como todo el mundo ignora es mas grande todavía que la Monumental de Las Ventas en Madrid.

Veremos en que termina la cosa. Mientras tanto disfrutemos con la versión mano a mano del chotis que nos ofrecen Agustín Lara y nuestra ínclita artista doña Lola Flores a cuyo padre tuve el gusto de conocer siendo yo muy niño y él camarero en un kiosko del bulevar de Francisco Silvela, cerca de Diego de León. Ya no existe el kiosko, ni el bulevar y a mi me quedan tres telediarios y ahora con el ajuste de la edad de jubilación alguno menos, me sospecho, debido al disgusto que me ha dado mi amigo ZP. Por cierto que luego, muy luego, de esos años también conocí a Antonio Flores, el malogrado hijo de la Lola. Un chico estupendo y un artista soberbio.

23 de enero de 2010

Música del Punjab. Malkit Singh



Malkit Singh es el músico punjabí mas idolatrado por los públicos de su tierra natal. No es una música muy conocida en España pero tiene un encanto muy especial. No en vano algunos adivinan las fuentes mas profundas del folklore gitano en estas músicas populares. Yo la verdad no le encuentro mucho parecido. Ni en el ritmo ni en la melodía. Pero seguro que algún experto nos puede aclarar las dudas.
El caso es que hoy a Isa le ha dado por celebrar una especie de fiesta punjabí en casa y aquí me tienen con el encargo de ejercer de DJ especializado en músicas étnicas del subcontinente indio, amén de otros muchos oficios relacionados con el asiático banquete como mozo de comedor, valet de chambre, acarreador de vituallas y chico para todo en general.
Con esto cumplo con el compromiso de dejar un regalo musical de fin de semana. Que lo disfruten.
Si tienen interés en conocer que músicas he seleccionado para la sesión no tienen mas que preguntarlo.

Buen fin de semana

21 de enero de 2010

Poema haitiano


Quisiera compartir con vosotras/os el poema emocionado que nos ha enviado nuestro querido Jean Dany (poeta y atleta), en estos momentos de dolor por el terremoto de Haiti, parece ser que ha perdido algún amigo allí. La información me ha llegado a mi via CR.

Si algun visitante te atreve a traducir el texto seguramente que se lo agradeceremos.

La terre tremble

Les maisons tombent

Les cris s’étouffent

Dans les décombres

Mon cœur se fend

J’attends

J’attends un cri rebelle

Pour me redonner l’espoir

J’attends mes pleurs

Qui résistent encore

J’attends les mots qu’il faut

Et la musique aussi

Des mots que Magalie ne lira pas

Et la chanson qu’on ne chantera pas ensemble

J’attends

J’attends que les images

Disparaissent dans ma tête :

La cathédrale qui court

Pour éviter de tomber

Des anges qui s’agrippent

Au Sacré-Coeur pour empêcher sa chute

Le palais national qui d’un bond

Se relève et reprend sa place aux champs de Mars

Port-au-Prince qui se réveille de sa sieste

Pour voir qu’il n’était question d’un simple cauchemar

J’attends

J’attends de pouvoir enfin dormir

J’attends d’écouter la voix des miens

Lasirèn qui rit, et qui espère

Mon frère Pòl qui parle de résurrection

La voix calme de Lo qui me rappelle ses parents

J’attends un signe dans la petite maison bleue

A la cinquième avenue Bolosse

J’attends le dernier décompte

Le dernier nom

Le dernier appel téléphonique

Le dernier bilan

J’attends que le sang sèche

Que le dernier cadavre soit couvert

Et que je fasse le dernier signe de la croix

J’attends

J’attends pour enfin accepter

Que pour de vrai ça a eu lieu

Que ma terre a tremblé

Des maisons sont tombées

Les miens sont meurtris

Et leurs cris étouffés

J’attends

J’attends pour enfin accepter

Que c’est ce même espace

Que les ouragans ont dévasté

Ce même coin de notre planète

Que les inondations ont ravagé

Oh, notre terre que ma mère portait dans son cœur

J’attends de comprendre

Comment combler ces vides

Tous ces noms effacés

Tous ces souvenirs

Tous ces projets

Et cet après-midi qui s’est top vite changé

En profondeur de la nuit…

J’attends la main qui touchera les âmes

J’attends le mot juste pour reprendre la marche

J’attends l’espoir qui renaîtra

J’attends le prochain lever de soleil

La première fleur à paraître

J’attends de pouvoir enfin pleurer

Pleurer une rivière avec la foule et me libérer

Pleurs de morts

Pleurs de mots

De musique et de silence

Pleurs de terre qui tremble

De maisons qui tombent

Et qui étouffent les cris

Pleurs de joie à venir

Et pleurs de résurrection

Mais j’attends

J’attends désespérément

Le premier vol

Qui m’emmènera vers les miens

J’attends

J’attends

16 de enero de 2010

AYUDA A HAITI



Este fin de semana no hay regalo musical que valga. No se cual será el mejor procedimiento para hacer llegar ayuda a los haitianos.

Se me ocurre que a través de un grupo bancaria que ofrece hacer llegar los donativos a Cruz Roja y a Médicos sin Fronteras puede ser un buen camino.

BBVA ha abierto una cuenta (0182 2370 45 0201520255) para recaudar fondos para los afectados del terremoto de Haití. El Banco ha decidido realizar una aportación directa de un millón de euros a dicha cuenta e invita a sus empleados, clientes y a todo el que lo desee a realizar aportaciones a la misma.

Con esta finalidad, BBVA ha abierto la cuenta “Afectados terremoto Haití” para canalizar la aportación de ayudas.

El importe que se recaude se canalizará a través de Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras y se destinará para ayuda humanitaria, y posteriormente reconstrucción de escuelas.

Asimismo, y para dar mayor difusión a esta acción, se ha creado un grupo en Facebook, también pueden seguirla en Twitter mediante la etiqueta #ColaboraconHaiti y a través de Linkedin.

12 de enero de 2010

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA.


Foto de ishmael78 en Flickr

Apenas cuatro artículos en la famosa Ley de Economía Sostenible tratan sobre la internacionalización de la economía española. No es casual tal parquedad en un anteproyecto de Ley tan exhaustiva, sin embargo, en tantas otras materias., por ejemplo en lo referente a la famosa polémica sobre los cierres de páginas web y la propiedad intelectual.

Como hace unos meses tuve la ocasión de escribir sobre este tema a solicitud de una revista especializada me permito transcribir aquí alguna de mis reflexiones en las que trataba de encontrar sentido a lo que considero que es una de las carencias mas importantes de nuestra realidad económica.


Apariencias y realidades

Es un lugar común expresar en los círculos económicos que nuestra economía está insuficientemente internacionalizada. Puede que no sea esa la mejor definición de nuestras carencias.

Si consideramos los marcadores estadísticos básicos podemos constatar que España presenta unos índices de inversión exterior, la que recibimos dentro y la que llevamos fuera, en relación con nuestro producto bruto, que nada pueden envidiar a las mejores potencias-entre el 5º y el 8º puesto mundial según años. En cuanto a las cifras de exportación e importación de mercancías y servicios, el índice que pondera su impacto sobre la economía en su conjunto, llamado índice de cobertura-70% arriba o abajo-, es de los más altos del mundo en términos absolutos- aunque no tanto en términos relativos, per cápita, etc.

Es verdad que existen desequilibrios en ambos componentes. El mas invocado puede que sea la falta de capacidad exportadora en términos de cantidad y de calidad. No existe una explicación cien por cien asumida por nuestros técnicos del porqué de esa carencia. Unos lo explican por el escaso y corto número de empresas con la suficiente dimensión y capacidad para caminar por el mundo. Otros por el tradicional desapego español hacia lo extranjero de lo que sería prueba sobrada la falta de conocimientos en lenguas. La razón más aceptada es sin embargo la falta de competitividad de la producción española que no puede competir con las importaciones, lo que viene a determinar unas cifras de déficit comercial de cierto escándalo. Así de sencillas o de complicadas son las cosas.

Matizando la realidad deberíamos tener en cuenta otros dos factores que perfilan el diseño de nuestro mapa de contacto con la economía internacional. El turismo verdadero motor de nuestra economía y el grado de capacitación de nuestras empresas, la innovación, la incorporación de valor tecnológico añadido propio, etc. en lo que, sin dudar, parece que no acabamos de arrancar.


La crisis: más leña al fuego

Esa complejidad debe, además, ser colocada en el marco de la crisis global que la economía mundial padece. Crisis del comercio internacional, de los mercados de capitales y del propio modelo de desarrollo de la mayoría de las potencias y de los estados, tanto los desarrollados como los emergentes. No es solo que el modelo español de economía esté en crisis, es que todos los países padecen de enormes dudas estratégicas. El hecho de que trimestre a trimestre algunos países puedan ir presentando mejores o peores cifras de crecimiento económico no tiene apenas significado en ese contexto de indefinición internacional y nacional. El buen pilotaje de la crisis financiera parece haber aplacado el miedo a la gran depresión pero apenas ha supuesto un respiro en la solución de los problemas que aquejan al mundo globalizado. Estamos pendientes de enfoques viables para la solución de los conflictos globales relacionados con el medio ambiente, la energía, la alimentación, la salud, la llamada sostenibilidad en definitiva. Los conflictos presentes y las amenazas futuras expresadas en nuevas crisis de los mercados monetarios y de divisas, las tentaciones neoproteccionistas, las divergencias estratégicas en los mecanismos de salida de las crisis que pueden adoptar los distintos bloques y los riesgos inflacionistas a medio plazo, no facilita la elaboración de pronósticos muy satisfactorios sobre como pueda ser el futuro económico global.


Modelo español de internacionalización. Luces y sombras

Dicho todo lo anterior toca pronunciarse sobre el caso español. Creo que tenemos tendencia a ver las cosas exclusivamente desde la dimensión empresarial. No tenemos empresas internacionalizadas en el número y la potencia exigibles en la misma medida que no tenemos una presencia cultural, científica, militar o diplomática de las proporciones deseables. Y no tenemos todo eso seguramente porque nuestra capacidad como país, nuestro nivel de desarrollo social, nuestro sistema educativo y nuestra mentalidad no dan la talla o estamos todavía en los compases previos de nuestro desarrollo como potencia internacional.

España empezó a insertarse en la economía mundial apenas hace cincuenta años como resultado del llamado Plan de Estabilización, verdadero parteaguas de nuestro modelo de desarrollo actual. La guerra civil, el resultado de la guerra civil, implicó que hubiese un corte de proporciones históricas con la emergente economía española surgida de las oportunidades de la Gran Guerra Mundial del catorce al dieciocho y con la modernización de nuestras estructuras sociales, culturales y científicas iniciadas en los años 10 y proseguidas hasta el fracaso de la II República.

Es decir, llevamos pocos años apretando el timbre de la puerta de los mercados internacionales. Insuficientes como para superar un escueto 2 o 3 % de cuota de comercio internacional. E insuficientes para alcanzar el grado de presencia de nuestros productos y nuestras tecnologías en la mente de los compradores y de los consumidores extranjeros.

Los gobiernos han querido sostener desde aquellos iniciáticos años 60 un modelo de apoyos administrativos a la internacionalización excesivamente ligado al incremento de las exportaciones. Ayudas fiscales, sistemas de promoción comercial, adecuación de los servicios administrativos en el exterior. Incluso todo esto hasta el paroxismo de multiplicar todos esos elementos de impulso desde las estructuras de las comunidades autónomas. No ha habido gobierno autónomo que no haya montado organismos de promoción de las exportaciones- algunos verdaderos centros de poder o influencia y otros simples chiringuitos- o Cámara de Comercio que no haya montado cientos de misiones comerciales para mover a las empresas locales. De tal forma que en los últimos años las capitales de los países clientes de productos españoles aparecen con mapas urbanos tachonados de la presencia de decenas de oficinas y representaciones de instituciones públicas de nuestro país. Algunas con el ampuloso nombre de “embajadas” de la Comunidad X o de Centro de Negocios de la región Y.

Si todo el esfuerzo se hubiera dirigido hacia la mejoría de la prestación de servicios de ayuda y promoción en el exterior, en la cercanía de los clientes finales o below the line como dirían los del marketing, las cosas tendrían sentido. El problema es que hemos generado una tremenda cantidad de servicios en lo que podríamos llamar, si se nos sigue aceptando denominaciones de marketing, el backoffice. En la cercanía, no de los clientes externos, ni siquiera de los proveedores reales, de las empresas realmente exportadoras, sino de unos supuestos futuros exportadores, en una actitud más propia del apostolado. El objetivo de incrementar la base de empresas exportadoras, recordemos: uno solo de nuestros problemas y no el más importante, se ha convertido durante muchos años en el leitmotiv de la mayor parte del gasto promocional público español a favor de la internacionalización.

Esa multiplicación de movimientos para persuadir a las empresas de la bondad de la exportación ha tenido como consecuencia la expansión presupuestaria de todo tipo de Agencias y de Entes de Promoción Exterior en los que se incluyen los propios de la Administración Central, los de las Comunidades Autónomas, no pocos ayuntamientos y el conjunto de las Cámaras de Comercio. No hay nadie en España que sepa realmente cual es el gasto consolidado del conjunto de las administraciones públicas e institucionales en promoción internacional. Algunos se atreven a susurrar cifras en torno a los mil millones de euros anuales sin incluir en esa cifra el importe de las subvenciones directas a las empresas. Solo considerando los gastos en estructuras, en personal y en programas de promoción, de formación o de información especializados ICEX, COPCA-ACCl0, EXTENDA, IVEX, PROMOMADRID y tantas otras estructuras son ya organismos con enormes presupuestos sin el debido control de resultados. Hay muchos sectores empresariales y académicos que ponen en duda el impacto real de esos presupuestos en los resultados finales de nuestra internacionalización.

Mientras tanto elementos básicos de la verdadera promoción exterior como el dimensionamiento y la reforma administrativa de los servicios comerciales de nuestras Embajadas apenas se han tenido en consideración. Mientras nuestros competidores más cercanos se han esforzado en desarrollar verdaderos motores de influencia en los mercados internacionales a través de sus estructuras diplomáticas y comerciales nosotros hemos desarrollado minifundios y boutiques de claro sabor local y poco conectados con la creación de una imagen país. Hemos preferido desarrollar cientos de campañas de imagen regional, local o monoproducto.

Es curioso y hasta divertido observar como en las grandes metrópolis internacionales entran en competición campañas a favor del vino, o del aceite o de la gastronomía de distintas Comunidades Autónomas, celebradas incluso en las mismas fechas. Me decía un amigo periodista francés especializado en gastronomía “gran país esa España vuestra que me invita constantemente a guateques, comidas y espectáculos variados para conocer los vinos de todas las regiones”.

Se han creado, por otra parte, Masters de internacionalización y hasta Cátedras especializadas en muchas Universidades Públicas que no han terminado de cuajar o de integrarse en el contexto empresarial. Y sin embargo nuestras Universidades han estado alejadas de las preocupaciones de las empresas reales. Hasta hace muy poco tiempo la enseñanza de idiomas, en especial el inglés, no ha formado parte de los currículos básicos de las enseñanzas obligatorias, medias y superiores.

Mientras tanto los programas que tienen una conexión directa con el fortalecimiento del peso internacional de nuestra economía como los de innovación, de desarrollo tecnológico, de diseño, creatividad, etc. apenas tienen vinculaciones administrativas o estratégicas con los programas de promoción de exportaciones. Múltiples agencias y organismos dependientes de ministerios o consejerías distintos promueven acciones encaminadas a mejorar la competitividad de las empresas sin apenas entronque con la dimensión internacional. Y, al revés, decenas de instituciones de promoción exterior apenas tienen en sus programas objetivos relacionados con la competitividad o la innovación de forma inmediata.


Cambios y alternativas exigibles

Hasta hace muy poco tiempo, sigue siendo así en lo principal, la mayoría de los agentes públicos responsables de la promoción internacional de nuestra economía han funcionado como departamentos estancos. Ignorándose unos a otros. Pisándose la manguera incluso. Buscando hegemonías unos o nichos de particularidad los otros. Creciendo en presupuestos para la generación de burocracias y de programas de claro contenido clientelar en tiempos de bonanza. Manteniendo reflejos corporativos en otros casos a favor de castas administrativas viejas o nuevas. Sin la debida coordinación institucional y territorial.

Puede que las restricciones presupuestarias, algo bueno tienen que tener las crisis, impliquen la apuesta por poner un poco de orden. Pero para ello hace falta un impulso político basado en acuerdos básicos. En el respeto de las competencias de los entes autonómicos a favor del desarrollo empresarial de sus territorios. En la exigencia de ordenar los presupuestos de gasto de las Cámaras de Comercio- por cierto que es muy alentador el proceso animado por el Consejo Superior de Cámaras a favor de cambios en el sector- en función de los intereses públicos y bajo la regulación y la coordinación de los distintos poderes territoriales. En la reforma y el dimensionamiento de los servicios comerciales del Estado.

Sería buena idea fortalecer al máximo la institucionalización de la coordinación de los diferentes poderes territoriales en materia de internacionalización. Convocar una Conferencia Sectorial. Promover un libro blanco sobre la reforma de los servicios públicos tal como han hecho los franceses para ordenar sus organizaciones representativas. Elevar el nivel de los trabajos del llamado Consejo Interterritorial de Internacionalización que no acaba de salir de su status de club de notables.

Reformar y dedicar los mejores esfuerzos a la reforma de los Servicios Exteriores en el sentido de diferenciar los servicios de alcance político diplomático de los servicios a las empresas. Agrupando, sindicando, la acción de los diversos servicios territoriales en el exterior mediante el desarrollo de Centros de Negocios transversales en los que sea compatible la acción comercial a favor de las empresas con los intereses de las diferentes autonomías. En un mundo de empresas transnacionalizadas no tiene sentido el andar pidiendo partidas de bautismo empresariales para determinar quien presta o no presta servicios de promoción. Que Extenda, el IVEX o cualquier otro organismo territorial puedan prestar servicios a empresas no directamente vinculadas a su comunidad autónoma sin que eso suponga un anatema, por ejemplo.

Determinar el mix de gastos acorde con los objetivos estratégicos. Que campos de actuación deben ser dejados en manos de la iniciativa privada. Quien debe hacer la labor de persuasión para incorporarse a la actividad internacional sobre las empresas. Como deben gestionarse los programas de subvenciones o de incentivos. Que peso deben tener los sectores versus las empresas a la hora de distribuir los recursos. Como medir la acción de los servicios públicos. Como consolidar la información estadística.

Y por encima de todo situar la promoción internacional de la economía en el contexto de la innovación, el desarrollo social y cultural de España. De su influencia en el mundo. La internacionalización es algo tan serio que no se puede dejar en manos de unos pocos o muchos funcionarios, por buenos o cualificados que sean. Debe ser una misión gobernada directamente por los españoles. Por sus empresas, por sus trabajadores y los ciudadanos en primer lugar. Los poderes públicos deben acompañar ese proceso pero sin pretensiones de convertir el mismo en un campo de juego de sus propios intereses.


8 de enero de 2010

Anibal Troilo. Pichuco



Inicio la temporada de regalos musicales del fin de semana. Una vez mas con tango. En esta ocasión con el instrumentista y creador mas grande que ha dado el bandoneón: Anibal Troilo- Pichuco.

Me vienen al pelo unos enlaces y un texto que me acaba de mandar mi amigo Sergio, mi instructor en la materia, desde Montreal. Sergio tuvo ocasión de conocer cuando niño y adolescente al personaje. Esto es lo que escribe a propósito del genial músico:

"Gracias a la magia de Youtube, Aníbal Troilo "Pichuco", aparece en la que debió ser una de sus últimas actuaciones, ya que está filmado en color y se le ve avejentado (para los que le conocíamos de las épocas de la TV en blanco y negro).

Tengo en Montevideo una versión de Troilo que no he querido traer a Montreal por miedo a perderla. Cada vez que la escucho se me paran los pelos de la nuca y me emociono casi hasta las lágrimas. En los solos se pueden oír los dedos del gordo tocando las teclas del bandoneón.

Para los que no le conocieron, lo que se ve en el vídeo no es pose: Pichuco se consustanciaba tanto con la melodía que parecía estar en otra dimensión. Recuerdo que en un programa humorístico (La tuerca) le hacían la burla como que se quedaba dormido. También recuerdo la caricatura que Menchi Sábat le hizo, dibuándole con un par de alitas de ángel. Y es que los que conocemos la historia de Pichuco, sabemos que era un ángel en la tierra, y esa imagen de Menchi no sólo retrata esa faceta, sino que a mí también se me da por interpretar que cuando cerraba los ojos al tocar, parecía que tanto él como su música levitaban por sobre el resto de la orquesta.

El segundo videoclip muestra a Pichuco en el Teatro Colón. En 1970 o 71, el gobierno militar de turno había por fin permitido que el tango pudiera tocarse en el Colón (hasta ese momento, solo la música clásica estaba permitida). Por lo que se ve, para la ocasión reforzó la orquesta con algunos violinistas, ya que la inmensidad del escenario así lo requería. ¡Que disfruten!"

Que mas decir....

4 de enero de 2010

Fin de año en Francia


Dos imágenes de Paris tomadas con la Harinezumi. La primera es una vista desde Saint Michel hacia los jardines del Luxemburgo. La segunda la placa que informa de la casa en la que nació Max Aub.



Y aquí otras dos fotos también de Harinezumi del palacio de Oiron y de una mansión de estilo normando del siglo XIX. En el valle del Loira.

He pasado una semana en la Loira francesa. Sin prensa, sin internet, sin televisión ni radio. Además me olvidé mi MP3 en el que suelo grabar podcast de temas culturales o de actualidad como entretenimiento nocturno para ganar el sueño.

Solo me ha quedado la lectura, la conversación, los paseos por algunos de los famosos castillos de la región y las sesiones de cine nocturno. Amén de las delicias gastronómicas que han hecho de mi estancia una especie de gran bouffe y que me van a obligar a hacer penitencia durante varios meses. Alojado con otras veinte personas en un caserón de estilo regionalista normando de finales del XIX he llegado a la conclusión de que merece la pena aislarse del mundo durante unos pocos días para darse cuenta de lo superficial e innecesario de muchas de nuestras costumbres cotidianas.

Con el firme propósito de aprender la lección inicio, pues, la travesía del nuevo año.

Ya no recuerdo la fecha de mis primeros viajes a Francia. Posiblemente del 65 o 66. Si recuerdo que mi primer viaje a París fue en el verano del 68. Llegúe tarde a la famosa revolución de Mayo, alguna vez he hablado de ello en el blog. Mi padre trabajaba los veranos en San Sebastián y con tal motivo la familia veraneaba en la villa donostiarra. Eran frecuentes los viajes a San Juan de Luz, a Biarritz y a Bayona. Pero viajar a París era entonces como ir a una nueva dimensión. Pasar del provinciano Madrid a la ciudad luz era como atravesar la puerta del tiempo. Mas en mi caso, cuando se fueron haciendo frecuentes mis viajes por razones de militancia política y viajar por Francia se convertía en una pequeña aventura barojiana.

La clandestinidad de la vida militante te obligaba a hacer unos recorridos muy particulares. La cosa consistía en evitar los expresos nocturnos y los controles policiales que los trenes sufrían. Eran entonces los vagones verdaderas sucursales de comisaría. Pasabas a Francia en el topo- un tren de via estrecha- desde la estación de Amara en las tempranas horas en las que viajaban los numerosos trabajadores que hacían sus jornadas de trabajo en empresas francesas de Hendaya y de la región. Los controles policiales en esas condiciones consistían muchas veces en la exhibición a distancia del pasaporte. Sin embargo en los trenes directos la policía te retiraba el pasaporte y eso podía ocasionar muchos transtornos. Nunca tuve que pasar la frontera por los caminos pirenaicos pero llegue a conocer alguno de ellos por el valle de Arán y conocí a barqueros de Hondarribia que organizaban pasajes de una orilla a la otra.

Llegabas a París por Austerlitz y te dirigías en el metro a una dirección previamente acordada. Recuerdo un teatro de la CGT o de la municipalidad en la rue Marat en el que te dejaban medio abandonado en el patio de butacas hasta que un camarada venía a por ti. Previamente podías dormirte y ser despertado por los grupos infantiles que venían a ensayar.

Según como fuese el programa posterior podía ocurrir que la primera gestión que hacías con el recepcionista fuese la de hacerte unas fotos en el photomatón de algún drusgtore para que el Partido, aclaro que Partido en aquellos años solo lo podía ser el Comunista, te facilitase un pasaporte mas falso que un duro de Cadiz. Eso era lo normal si tu viaje proseguía hacia alguno de los paraisos socialistas de la época en los que te tocaba representar a tus compañeros en algún congreso de las juventudes comunistas u organizaciones de esa órbita.

Mientras que llegaba el momento del viaje o de los viajes podían pasar dos cosas. Que te alojases en algún hotelucho céntrico si la cosa iba rápida o que te recogiese alguna familia militante si la organización tenía que tomarse su tiempo. Recuerdo con placer algunas estancias en la casa de una familia valenciana en un sitio llamado Gros Noyer Saint Prix.

Dias enteros a tu disposición para recorrer la geografía parisina con especial cuidado de evitar ciertos puntos peligrosos como podían ser las librerias españolas o los cafés frecuentados por los españoles. Ese era un lujo reservado para los exiliados permanentes pero poco apropiado para los que teniamos que regresar a España. Lo tuyo era recorrer de noche y de dia las calles parisinas. Refugiarte del frio en los cines si el viaje era en invierno. Y aliviarte del calor en los parques públicos. Creo que desde entonces el Luxemburgo ha sido mi mas fiel paseo parisino. Comías en cualquier parte. Me gustaba viajar en los trenes que salían de Saint Lazare o del Nord. Y sobre todo disfrutaba enormemente desplegando mi periódico L´Huma en cualquiera de los bancos públicos de los squares.

Hoy mis viajes tienen un sentido diferente. No me tengo que proteger del frio metiéndome en el cine y puedo visitar todas las librerías que me apetezca. Y llegar al Luxemburgo es tan sencillo como cruzar de acera desde la casa de mi familia. Leo Le Monde y El País que se edita en Francia. Pero las sensaciones al pasear por las galerías del boulevard Montmatre o por las calles del barrio latino siguen siendo las de siempre. Las de estar viviendo en un sueño. Para mi París es una aventura. Siempre descubro alguna cosa desconocida. Unas veces es un passage, me pasó recientemente con el existente en la rue de Cairo. Otras es una placa dedicada a algún escritor, artista o heroe de la resistencia. Mi último descubrimiento es la placa en la casa que vio nacer a mi querido Max Aub.

En esta ocasión no me ha tocado París salvo en los dos primeros días. Mi destino principal, ya lo decía al principio, ha sido la región de la Loire. A escasos kilómetros de la ciudad que Richelieu mandó construir a mayor gloria de si mismo en el pueblo de sus antepasados. Esa Francia rural sigue teniendo el encanto de siempre. Si no fuese por los penachos de vapor de las centrales nucleares que bordean toda la campiña francesa uno diría que sigue viviendo en los tiempos de los tres mosqueteros y de las aventuras galantes de la corte de los Luises.

Paseos con botas de agua por los parques. Visitas a algunos seleccionados palacios y museos- recomiendo, ya que estamos, el castillo de Azay-le-Rideau y el de Oiron- y a los mercadillos locales. Películas francesas por la noche- redescubriendo la maravilla de Jules et Jim por ejemplo. Y un continuado comer y beber. Poulardas de Bresse, capones, quesos y hasta una fabada asturiana que me tocó preparar. Vinos tintos, blancos, champañas y licores de todo tipo. Y conversación, mucha conversación familiar.

Vuelvo con dos kilos de mas pero con una paz de espíritu que me tiene que durar como mínimo hasta el verano. Una buena inversión.


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