29 de diciembre de 2023

NAVIDAD AÑOS 50. CALLE FRANCISCO SILVELA. MADRID

 


Cuanto más viejo mejor recuerdo o reinvento los tiempos de mi infancia. Me pasa mucho en estas fiestas navideñas. Parece qué fue ayer cuando me viene a la memoria el recuerdo de las cenas de Nochebuena en casa de mis padres en Francisco Silvela. 


Parece que estoy viendo a los vecinos. La señora Saturnina y sus hijos. Viuda de un comunista represaliado después de la guerra. Eran de la Villa de Don Fadrique, legendaria localidad toledana famosa por su roja población. Luisito, Enrique, sus hijos. 


El señor Segundo, taxista y su mujer cuyo nombre no recuerdo, puede que fuese Consuelo, que era muy cariñosa. No tenían hijos. Procedentes de Sanabria. Creo que en aquel momento y hasta muchos años después un porcentaje de los taxistas de Madrid eran naturales de aquella comarca que se hizo famosa también por una de las grandes tragedias naturales y ecológicas de aquellos tiempos. Ribadelago. Una presa mal construida reventó y la riada cayó sobre el pueblo sin apenas aviso. Más de cien muertos. Año 59.


De aquella comarca eran también los siguientes vecinos. El señor Ángel. En este caso me acuerdo incluso de su apellido, Crespo, como el alcalde de Zalamea. Era empleado del Metro de Madrid. Creo que vigilante nocturno. Su mujer era la señora Pilar. Una mujer grande famosa por sus quejas y lamentos. Parecía que todas las enfermedades del mundo la acosaban. Dos hijos, Ángel y Santitos. Buenos mozos. El señor Ángel era, al contrario de su señora, el alma de las fiestas. Sabía todas las coplas y villancicos. Con su pandereta visitaba las casas de sus vecinos para animar la noche. Entonces la nochebuena era una celebración colectiva. Los pasillos de aquella gran casa eran un constante ir y venir de tráficos humanos arriba y abajo.


Enfrente de casa vivía el farolero. Qué oficios tenía entonces el personal. No recuerdo su nombre. Debía dormir de día y por ello sus pasos eran poco notorios para el resto de la vecindad. Salía a trabajar de noche. Con su larga pértiga encendía los faroles y los apagaba de madrugada. De aquella familia me llega solo el recuerdo de uno de sus hijos y de su nombre. José Luis. Guitarrista clásico. Tengo la idea de que era un concertista de fama internacional. Vaya usted a saber. La memoria tiende a magnificar los recuerdos. Y el caso es que no me acuerdo de los otros miembros de la familia del farolero.


Del piso de arriba recuerdo a la señora Rita y su hija la Laly. Y el hijo de Laly, Joaquín. La señora Rita tenía una imagen imponente. Como de matriarca del sur. Creo que era de Linares. Siempre de negro con su toquilla. Creo que había sido muy amiga de mi abuela Manuela, a quien yo no conocí. Se contaban de ella muchas aventuras de supervivencia durante las guerras. 


Los Pastrana, del tercero. El padre era policía armada como se los reconocía entonces. Rafael, uno de los dos hijos era de mi edad y compañero de colegio. Muy estudioso.


Los Serna del quinto. Josemari, el hijo pequeño, todavía sigue viviendo en el edificio. Es el último de Filipinas. El padre era un señor muy serio. Sus hijos mayores, Carlos y Manuel, eran de su primera mujer. Josemari ya era hijo de otra pareja. Una mujer de bandera. Guapísima. No recuerdo su nombre. Josemari hizo la mili en el Sáhara y fue muy amigo mío. Era un año mayor que yo. Un personaje. 


Les contaba que aquella noche todas las casas estaban abiertas para la circulación vecinal. Todo era de todos. El coñac y el anís circulaban como si el mundo fuese a acabar aquella noche. La nochevieja era parecida solo que con sidra añadida como telón de fondo alcohólico. Algunas familias iban a la misa del gallo. No sé si ahora sigue siendo igual. La cena era lamisma de año en año. Lombarda. Besugo. Y cordero para los muy tragones.

 Y las familias. Los hermanos, los tíos, los primos. En aquellas casas tan pequeñas se concentraban verdaderas multitudes.


Reinaba un espíritu colectivo. Eso es lo que echo de menos. 

24 de agosto de 2023

LA EMBESTIDURA DE FEIJÓO

 



Una dirigente católica se manifestaba en Twitter recientemente a favor de la "EMBESTIDURA" de su héroe Feijóo. El cachondeo de sus lectores fue glorioso.


Pero puede que no esté la buena señora muy lejos del acierto político ya que no del lingüístico.


Feijóo va camino del encierro festivo en los sanfermines del Congreso. Creo que los cerebros en la sombra que le están ayudando en la tarea no le quieren bien o les falta un hervor.


Tiene más de un mes de embestir contra paredes de piedra y de ladrillo con riesgos para su frágil cabeza de chorlito. En política rige el sentido de la realidad por encima de cualquier otro. Las ilusiones suelen ser traicioneras y en el mejor de los casos constituyen una pérdida de tiempo. Todo acredita que va camino de un no rotundo a su empeño en formar gobierno. Los únicos partidos de su arco ideológico que podrían sumarse son el PNV y Junts. No hay nadie con la cabeza en su sitio que crean que es posible conseguir sus votos o sus abstenciones. El primero, el PNV, por haberlo afirmado por activa y pasiva a lo largo de toda la campaña y por razones evidentes de política vasca, no suena razonable a meses de las elecciones vascas dar un giro de media esfera a su comportamiento político. Y de Junts que decir. Una vez que conquistan una posición política de aparente privilegio no van a utilizarla de manera gratuita. No sabemos qué oferta pueden recibir del PP que les satisfaga. Cualquier intento del PP de mostrarse cercanos puede suponer, al contrario, un riesgo de perder anclajes con su fiel público que ha hecho de Puigdemont la bestia parda que contamina todos sus sueños. Vía cerrada.


Pero bueno, algunos me dirán que existen otras vías para lograr abstenciones que ahora nos parecen imposibles. Tránsfugas o traidores de las filas del PSOE o de SUMAR se llama la operación. El Tamayazo Dos. Creo que se equivocan los que calculan ese riesgo. Pero no por la dificultad de encontrar tales mirlos blancos en las filas de la izquierda. Claro que es posible encontrarlos. El ser humano es corruptible. Incluso aportaré más tarde otra teoría no tan descabellada como podría parecer.


Las cuatro abstenciones que el PP puede estar buscando en las filas de la izquierda son una carga ética de tal envergadura que el gobierno nacido de esa circunstancia estaría abrasado desde el primer momento. Y el rey Felipe que habría propiciado esa alternativa indeseable señalado con el dedo de la ignominia. 


Pero hay otra razón a invocar mucho más poderosa. Para qué iba a querer asumir el PP un gobierno en ese estado de precariedad. Un gobierno incapaz de obtener mayorías mínimamente útiles para sacar adelante, no ya su programa de máximos de "derogación" del acervo legislativo obtenido por el gobierno Sánchez, ni siquiera capaz de conformar presupuestos o medidas económicas o políticas racionales que obtengan el consenso de su numerosa oposición sin el riesgo de perder a su mejor aliado, el partido de Abascal.


Llegados a este punto del análisis sigo sin ver las razones que están animando a Feijóo a embarcarse en la producción de este guión absurdo. Dicen que hasta los tontos y los locos tienen sus razones. Razones de autoimagen dicen algunos. Feijóo odia que le comparen con el Rajoy de la espantada ante el rey cuando se negó a asumir el reto de formar gobierno en una tesitura parecida. O peor aún que le comparen con Inés Arrimadas que salió corriendo, textual, después de ganar las elecciones catalanas. Arrimadas aún sigue corriendo por cierto. No creo yo que Feijóo se deje llevar por esas pasiones tan infantiles. Pero de ser así menudo liderazgo el del PP. Casi mejor Casado con toda su licenciatura en Harvard Aravaca. Incluso la señora Ayuso parece más espabilada. 


Por muchas vueltas que le doy al asunto no logro adivinar las razones profundas de la embestida del gallego. Lo único que se me ocurre es la necesidad de hacer correr el plazo límite de unas nuevas elecciones para no dar tiempo a Sánchez en construir su mayoría parlamentaria para la investidura. Pero  en este caso Feijóo también se equivoca profundamente. Los posibles socios incómodos para Sánchez, particularmente los seguidores de Puigdemont, suelen necesitar un petardo en sus partes para mover el culo. Sólo con un punto final se mueven. Encuentran siempre placer provocando a sus interlocutores con la impavidez de quién no se juega nada. Técnicas negociadoras lo llaman. Traduciendo: con puntos finales se aceleran las soluciones finales. 


Y ya para finalizar la traca que ilumina la pista de juego tal como les prometí. Ante la disyuntiva de unas nuevas elecciones, provocadas por la negativa inflexible de los Puigdemont de turno, cabe que algunos dentro del parlamento prefieran una solución creativa. Unas abstenciones tácticas que le otorguen al compañero Feijóo el gobierno que tanto ansía. Antes que perder todo entregar la prenda rota y desencajada de un gobierno en minoría e imprevisto. Feijóo se caga por los pantalones rotos. 


Esto promete ser divertido. En estas circunstancias Sánchez supera a Feijóo como jugador de póker y capacidad táctica como ha sabido demostrar en tantas ocasiones. Siempre tiene una jugada sorpresa. 


Feijóo va a ser embestido por la realidad pero todavía no lo sabe. No se lo digan. Que quede entre nosotros.



25 de julio de 2023

EN CARRETERAS POLÍTICAS DE MALA CALIDAD Y DESATENDIDAS LO MEJOR ES CUMPLIR CON EL CÓDIGO DE LA CIRCULACIÓN

Es admirable la resiliencia del sistema político español nacido de la transición. Presenta signos de deterioro y de obsolescencia desde hace largos años. Deterioro por ejemplo en la judicatura en la que tenemos instalada una clase judicial capaz de mantener sus privilegios y sus posturas políticas al margen de la propia Constitución española tal como indica la incapacidad o, mejor dicho, la oposición activa a renovar el consejo del poder judicial. Tenemos unas fuerzas de seguridad policiales que se permiten el lujo de mandar espías a casa y meterlos hasta en tu cama sencillamente porque piensan que eres independentista, algo absolutamente prohibido por la Constitución. Tenemos unas clases propietarias que consideran que mantener modelos empresariales de salarios bajos es el mejor modelo económico posible para nuestro país. Eso por no hablar del deterioro de la sanidad pública o del desastre de la educación, no es razonable que casi el 50% de las escuelas del país sean de régimen privado y concertado. O de la incapacidad de modificar las políticas territoriales. Con esto no vengo a adjudicar culpas a este o aquel, solo describo.


Es tan resiliente la democracia española que incluso ahora se plantea la posibilidad de que un partido con poco más del 30% de los votos con su aliado menor en compañía, puedan obtener el poder en España de forma gratuita obligando a que los demás partidos se plieguen a sus políticas sin ni siquiera plantear la posibilidad de un pacto de mayorías negociando acuerdos políticos transversales. No, quieren la sumisión para a continuación cargarse leyes y avances logrados en gobiernos anteriores. Y esa locura está siendo amparada por grandes medios de comunicación y asumida por enormes masas de ciudadanos.


Es un lugar común entre una gran parte del pueblo español la propuesta o el deseo de que los catalanes y los vascos partidarios de la independencia no deben participar de la gobernabilidad en España porque sus agendas y sus proyectos están contra la unidad del estado español. Circulan ideas de cambio constitucional que así lo estipulan y eso causa menos alarma que la celebración posible de referéndums sobre la  autodeterminación nacional catalana o vasca.


Viendo el panorama postelectoral podríamos hablar de tres proyectos políticos diferentes para el país. El proyecto político de las derechas desorejadas implica prácticamente gobernar sin un 10 o un 15% de la población española. Otro proyecto de resistencia a lo anterior por parte de esas minorías nacionales junto con un sector de la izquierda española que se plantean la posibilidad de un recambio constitucional que dé lugar al derecho a la autodeterminación en el marco de un estado republicano.  Y un tercer proyecto que es el que representa el partido Socialista y la formación de Sumar que lo que pretende es mantenerse dentro del ámbito de la democracia española actual ante la imposibilidad de su reforma constitucional para no tener que pagar un precio a la derecha y poder desarrollar políticas de alivio social y económico a las clases más desfavorecidas como mejor proyecto político. Debo decir que ese tercer proyecto,a pesar de su precariedad, tiene la pinta de ser el único practicable y por ende el proyecto ganador a corto y medio plazo. De hecho es el proyecto en el que llevamos instalados desde la moción de censura que ganó Pedro Sánchez al gobierno Rajoy. 


Dicen muchas voces que por eso en España hacen falta formaciones de centro que fuercen el equilibrio entre las distintas opciones o que necesitaríamos un nuevo proyecto de gobernación transversal pactado entre las formaciones mayoritarias del llamado bloque bipartidista. Puede que sea esta idea la más loca de todas a la vista del clima polarizado en el que vivimos. Sólo una crisis de proporciones parecidas a la que dio lugar la desaparición del caudillo Franco pudiera favorecerla.


La inercia de la política va a permitir que continúe y se prorrogue el máximo tiempo posible lo que podemos llamar la ventaja diferencial constitucional del 78: un sistema estable pero que no permite cambios constitucionales o  estructurales que den salida a nuevas situaciones. La apuesta  es entonces entender la política como el arte de resolver problemas de uno en uno. Lo que pasa es que en medio de una crisis climática, de una crisis económica, de una crisis global en definitiva, veo muy difícil que ese sistema sirva para otra cosa que para perder el tiempo en un términos estratégicos.Pero es en lo que estamos y parece mejor sumarse de forma voluntaria al proyecto más natural y positivo de cambios que es uno de naturaleza laboralista o sindicalista que consiste en defender a los más débiles, a los más necesitados mientras que la crisis se resuelve y la dinámica política da lugar a una nueva situación que resuelva los problemas territoriales, los problemas de encaje político y los problemas de las minorías con perspectiva de derechos humanos. Que podamos sobrevivir en definitiva, dicho de otra forma: convivir. Así que por lo tanto creo que me apunto a la posibilidad de un gobierno de coalición gestionado por los socialistas. Es cuestión de sentido común.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...