17 de julio de 2010

La Bisbal d´Empordà. Paraiso de las antigüedades



Bisbal viene de Bisbe, que no es otra cosa que Obispo en catalán. Quiere esto decir que La Bisbal del Ampurdán- La Bisbal d'Empordà -significa Obispal o Episcopal. Ciudad Obispal. Lo primero, lo de ciudad, por decisión del penúltimo Borbón, el abuelo de Juan Carlos, el señor Alfonso XIII. Y lo segundo por decisión de un rey de Aragón nada menos que Jaume I que adjudicó la soberanía de la entonces villa al obispo de Girona- aunque otras fuentes remontan la cesión episcopal al mismísimo Carlomagno. La Bisbal es la capital del Baix Empordà y el centro geográfico y de comunicaciones de esa hermosa región catalana.

Ciudad de tanta tradición monárquica y eclesiástica en sus orígenes y sus títulos a nadie le extrañará que sea conocida en el mundo profesional por su excelencia en la industria de las antigüedades. A lo largo de todo el recorrido de su calle mayor, la antigua carretera general de Gerona a Palamós, encontraremos decenas de pequeños y grandes comercios dedicados a tan hermosa especialidad comercial. A ellas acuden gentes del gremio de toda Catalunya, España y Europa. Y no solo anticuarios, también especialistas en attrezzo teatral y cinematográfico y en decoración comercial y escaparatismo.

El origen de esa industria es relativamente moderno. Algunos lo asocian a la importante industria alfarera local de vieja tradición. Otros al empuje de profesionales del sector como los Rosiñol que desde el final de la guerra civil se dedicaron a comprar objetos y muebles en las masías de la región para restaurarlas y venderlas en Barcelona y a los nuevos propietarios de esas mismas masías. La interpretación más general es sin embargo la tradicional asociación entre el negocio de la cerámica de calidad y los objetos anticuarios así como la existencia de una importante base artesanal, de antiquísima tradición, de obreros especializados en carpintería, en forja, plateros, doradores

El caso es que es una delicia entrar en los locales de anticuarios, brocantes y almonedistas de La Bisbal (si tienen poco tiempo les aconsejo la visita a una especie de agrupación de anticuarios en un hiperlocal). Si a ello añadimos que la ciudad tiene una estupenda oferta gastronómica- desayunar entrepans o torradas en alguna de sus buenas cafeterías (para mí la mejor es Font) y reposterías es una delicia- y un conjunto urbano medieval bien conservado merece la pena algún que otro viaje. Si les sirve para tomar una decisión aquí tienen una buena colección de fotografías- algunas son mías por cierto como ésta o ésta o ésta otra, que es por cierto la que más me gusta-. Los viernes, día de mercado, es una buena elección.


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