22 de julio de 2010

Anochece en la Ria de Ribadeo


La luz de la última hora del día tiene una textura casi física. Dulce, sólida, a veces pesada y tensa.
Se difuminan los contornos. Y los rayos de sol ofrecen a la vista volumen y forma y colores hundidos en la memoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Caray Ángel, de una punta a otra de la península Ibérica, te falta Cádriz este verano.
un abrazo, que disfrutes.
Miguel

Ángel de Olavide dijo...

Pues no es mala idea lo de Cadiz. Has descubierto el lugar ideal de mis vacaciones de primavera junto con Doñana. No se si nos dará tiempo de llegar este verano. Con lo que ya llevamos...de momento vale.

Gracias por los deseos.

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