5 de septiembre de 2008

El síndrome postvacacional.


Praia das Catedrais, originalmente cargada por chausinho.

Vuelves de vacaciones y te pasan cosas muy raras. No sabes donde encontrar las cosas. Ni como funcionan los aparatos. Sales a la calle y te encuentras que los comercios han cambiado. Que la tienda de Orange es ahora una peluquería y que la inmobiliaria de Quevedo es ahora una tienda de diseño sueco.

No entiendes los mensajes que te llegan. Hablas con tus clientes y no te enteras de nada. Parece que usan un lenguaje antiguo y olvidado. Una versión moderna de un idioma muerto. Disimulas, no vaya a ser que se den cuenta de tu grave problema.

Te pregunta alguien por el número de tu calle y dudas, es el 21 o el 17?. No sabes donde tienes la tarjeta de las coordenadas del banco, espantoso invento, y por lo tanto no puedes pagar una factura que por otra parte no sabes donde está.

Confundes las cosas. No te enteras bien si Aznar ha tenido un niño con el síndrome de down con una candidata a las elecciones o es al revés: que un niño con bigoteha sido nombrado ministro de justicia en Francia. Un amigo te dice que se va a casar con la duquesa de Alba pero que los hijos de ella no quieren pagar la boda y que ha tenido que intervenir el Rey para pagar la factura. Digo que me extraña mucho que el Rey pague los gastos de nadie cuando hasta su yate es de regalo. Que los únicos reyes que pagan son los de la baraja cuando pierden.

Con el pinganillo en la oreja crees oír a un ministro socialista que primero los españoles. Que no podemos aguantar y que antes de tener que irnos en pateras mejor recoger la fresa nosotros directamente. Y a un presidente de una comunidad autónoma que va a llevar a Zapatero a los tribunales. A lo mejor es al revés. Ya dudas de todo. Ni de la SER te puedes fiar.

Pides cita al médico. Doctor, tengo el síndrome postvacacional, es grave? Eso no existe hombre, es una leyenda urbana. Lo sabe todo el mundo. Pero si quiere le doy la baja. ¿Y para que quiero yo la baja, si soy autónomo? Eso es su problema. Yo, ya ve, siempre dispuesto a ayudar.

Que fatiga. Me vuelvo para Ribadeo. Allí por lo menos ya estaba empezando a entender lo de las mareas de la playa de las Catedrales.

En Madrid no entiendo nada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también dejaré Madrid por unos días. Iré a caminar sólo por los senderos de algún bosque, ahora que comienza el pre-otoño (qué horror, qué mal suena). A ver si me despejo un poco y recobro el interés por la rutina, tan aburrida y complicada en esta ciudad.
Saludos.

La Cibeles dijo...

En tres días te recolocas...vuelves a ser tú y tu circunstancia...


:-)


Las vacaciones es lo que tienen, al volver te crees que puedes seguir estando "allí"...

Anónimo dijo...

se pasa rapido..... un abrazo.

Ricardo Márquez dijo...

Andamos llenos de sindromes, el prevacacional, el postvacacional, el prefascículos, el postfascículos, el prenavidad, el postnavi.... (el de Halloween no lo tengo, que soy madrileño viejo).
Saludos.
Ricardo

Ángel de Olavide dijo...

Gracias por interesaros por mi estado de salud. Afortunada o desafortunadamente he vuelto a los precarios equilibrios prevacacionales. Ahora ya se donde están las cosas. Hablo perfectamente el "oficinés" y entiendo lo que me dicen por la calle.
La crisis por otra parte ha despertado en mi la criatura salvaje que siempre creí ser y no hago mas que recomendar a todo el mundo que saque inmediatamente el dinero de cuentas y fondos y se lo gaste inmediatamente en consumir.

Menos mal que uno tiene amigos que se preocupan.

Un abrazo para todos.

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