21 de marzo de 2012

La última carbonería de Sevilla

En la calle Parras, en la esquina con Relatores y a un paso del mercado de la calle Feria


Paseando por el barrio sevillano de la Macarena uno puede creerse que el mundo se paró hace muchos años y que la vida ha quedado congelada en un bucle de tiempo. Congelada pero cálida, no se si me explico. Formas de vida que dejaron de tener sentido perviven en el laberinto de las calles que rodean la calle Relatores, la de San Luis o la de Feria.

Pongamos que hablo del comercio. Ustedes saben que carbonerías hubo en España a cientos pero que ahora practicamente han desaparecido de las grandes, y de las pequeñas ciudades. Bueno, pues la que queda abierta y util en Sevilla no podía estar en sitio distinto que en el barrio de la Macarena.

Restos de telas de araña que forman una verdadera obra de arte sobre las ventanas de la carbonería Parras


Con mas de cien años de existencia a sus espaldas, las paredes de la carbonería Parras acumulan el polvo depositado por el trasiego de toneladas de carbón vegetal y mineral. Desde el poderoso carbón minero lleno de calorías y apropiado para las cocinas y calderas  hasta el humilde cisco para calentar los braseros y dar un poquito de vida a los cuartos y habitaciones  frias del húmedo invierno sevillano.

Serones, cedazos que nos hablan de otros tiempos


Luis, descendiente de los antiguos propietarios se ha empeñado en mantener la tienda abierta hasta que el último cliente necesite de sus servicios. Y además innova constantemente rellenando de actividad las largas jornadas poco productivas del verano en las que dificilmente un alma se acerca a la tienda. Ahora diseña juegos de mesa. Lo mismo dibuja un tablero de ploy para quemarlo al ácido que uno de ajedrez taraceado. Lámparas, muebles. Luis se ha convertido por cierto en un especialista en juegos de mesa antiguos cuyas reglas rescata y populariza.

Luis, preparando un tablero de marmol para quemar al ácido y convertirlo en un juego oriental.

Pero no quiero terminar de hablar sobre la carbonería de Luis sin recomendarles que se pasen por su página web. Allí tendrán cumplida información sobre la historia del negocio. Consejos para el uso de los productos que vende. Y un montón de anécdotas sobre la vida del barrio. Verán por último que Luis mediante su actividad social como mecenas es un practicante de ese concepto tan usado de la responsabilidad social de las empresas.

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