Textos comentados extraidos hoy, 16 de Noviembre de 2010 de la página personal de Arturo Perez-Reverte en Twitter.
Comentar para los menos avisados que APR fue corresponsal del Diario Pueblo a lo largo del año 1975 en el antiguo Sahara Español. Desde allí fue testigo de acontecimientos como la Marcha Verde y la entrega del territorio a los marroquis, así como de la entrada de ese ejercito a sangre y fuego…
Inevitables recuerdos del Sáhara. Hace 35 años justos, un joven reportero de 24 años, al que conozco bien, pasó nueve meses allí….
Melancolía. Tantos amigos vivos y muertos, en todo este tiempo: el comandante Labajos, el teniente Rex Regúlez, Laharitani, el cabo Belali.. Sidahmed, Buhari, el teniente Albaladejo, Yoyo Sandino, el capitán Merdrano, el teniente coronel Lopez Huertas..
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Miro los telediarios y los periódicos y recuerdo….
Veinticuatro años, como digo. El parador de El Aaiún, el puticlub de Pepe el Bolígrafo, las patrullas, la frontera...
Le preguntan sobre el cabaret de Pepe
Era un cabaret como los de las pelis, en plan Beau Geste. Legionarios, putas veteranas, periodistas... Lo mejor de cada casa…
Le preguntan si puede escribir un libro sobre el asunto y contesta:
No puedo. Hay libros sobre eso. Yo ya escribí mucho en su momento….
Fue la primera vez en mi vida en que sentí vergüenza de ser español. Y no la última…..
Veinticuatro años, imagínese. Había hecho ya la guerra de Chipre y el sur del Líbano, pero nunca había estado con tropas españolas…..
Fue una experiencia singular. Por primera vez no me sentì de paso, con billete de avión en el bolsillo. Aquello también era mío…
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Alguien le dice que como es posible haber sentido vergüenza de ser español. Que ella no lo ha sentido nunca y PR contesta:
Eso es porque no se fija suficiente, querida amiga. Porque no se fija….
Otro corresponsal le dice: De haber podido decidir, ¿habría usted abandonado el Sahara español?. Contesta PR
Quizá. Pero no de esa manera infame….
Los entregamos atados de pies y manos. Yo los vi. Lo fotografié. Lo conté. Me expulasron en víspera de Navidad, por hacerlo…
No me expulsaron los marroquíes, sino los españoles. El gobernador local. No querían testigos molestos…
Por aquel tiempo crucé verdaderamente mi línea de sombra. Me hice reportero adulto con mi primera derrota moral…
No es fácil olvidar esas cosas…
Otro corresponsal le pregunta: que le parece lo que hizo la Ser: temeridad, autobombo o implicación con el Sahara…y contesta:
No juzgo esas cosas. Ya no.
Una persona le pregunta: que es lo que extraña mas de esos dias? (si es que hay algo que extrañar)..y contesta:
Los compañeros, la aventura, las patrullas por el desierto, las incursiones nocturnas en Marruecos con el teniente Regúlez...
Rex Regúlez murió a poco de aquello. Se quemó vivo en un coche, al volver a la península….
Sin el desierto, decía, no valgo un carajo….
Le preguntan: ¿Qué solución propondrias ahora para el Sahara? ¿Qué posición debería tomar España?
No lo sé. Ya no es asunto mío. Mi batalla la perdí hace más de treinta años.
Uno escribe: Es admirable la verdad, y más siendo tan joven en conflictos. Eso debe marcar mucho.En el Sahara estuvo mi padre también…y contesta nuestro amigo PR
Es curioso. Los soldaditos de la mili iban obligados. Y casi todos los que conozco tienen nostalgia de aquello….
Otra corresponsal le escribe: de todo esto entiendo que los recuerdos están marcados con fuego.... era ud. muy joven. Y contesta:
Si. Era joven en el Sáhara. Y en Chipre. el Líbano. Y en Angola. Y en Eritrea. Y en Nicaragua, Y en Mozambique. Y en.. A veces me pregunto de qué se escandalizan algunos…..
De qué carajo se sorprenden cuando llamas a alguien "mierda". Aqui recuerda PR la famosa polémica de días pasados con el asunto de la marcha de Moratinos del gobierno
…
No tienen ni puta idea…
Comentario mio: con esto parece referirse a los balbuceos del nuevo secretario de organización del PSOE Marcelino Iglesias cuando dudaba seriamente sobre la fecha de la entrega del Sahara a Marruecos.
Y termina Perez Reverte copiando un enlace a su última columna en XL Semanal…escribiendo:
«Me expulsan de aquí. Ésta es mi última crónica desde el Sáhara marroquí» http://ow.ly/3avlQ (Gracias, amigo)
Copio mas abajo el texto de esa famosa crónica de la que muchos hablan pero que pocos recuerdan:
Por la transcripción. Ángel Alda
RUEGO DIFUSIÓN POR EL INTERÉS HISTÓRICO
CRÓNICA DE ARTURO PEREZ-REVERTE EN EL DIARIO PUEBLO DEL DIA 22 DE DICIEMBRE DE 1975:
Llueve mansamente sobre El Aaiún, convertido en una ciudad fantasma. Ya no se ven uniformes españoles: En cada esquina, en cada cruce, entre la luz gris, patrullan soldados marroquíes y gendarmes con el arma lista. Libre al fin de la necesidad de guardar las apariencias, Hassan II pacifica la ciudad. Se asegura que España ha entregado a Marruecos una relación con los polisarios fichados por la Policía. Al caer la noche, saharauis con los ojos vendados son conducidos a misteriosos puntos de destino, con un fusil apoyado en la espalda. Otros escapan por el desierto con sus familias, hacia el este. Los he visto salir de noche, amontonados sobre viejos Land Rover: ancianos, mujeres, niños, cabras. Pero rondan la aviación y las patrullas marroquíes. Muchos no llegarán nunca.
Se acabó. «Sáhara mogrebía.» España se lava las manos. En el Zoco Viejo, donde nuestros soldados fueron siempre los mejores clientes, las tiendas están vacías. En los barrios musulmanes, los nativos pegan la oreja al receptor para escuchar Radio Sáhara libre. En el desierto, al este y al sur, la lucha continúa: los guerrilleros han atacado Bucraa con fuego de mortero esta mañana, causando dos heridos en el destacamento español de tropas nómadas que aún protege las instalaciones. Desde su cuartel general, el coronel Dlimi y su estado mayor se disponen a marroquizar el Sáhara. «No existe el Polisario –han declarado hoy–. Es una invención de los periodistas.»
Última noche en el cuartel de la Policía territorial. La unidad está disuelta: la tropa peninsular, en Canarias; y muchos nativos, veteranos de nómadas y territoriales, tras verse desarmados por sus jefes, vagan por el desierto dispuestos a unirse a los polisarios a quienes combatían hasta hace poco. Aquí sólo quedan algunos oficiales españoles que ultiman su propia evacuación. En el bar, durante mucho tiempo refugio de reporteros desamparados, el teniente coronel López Huerta murmura: «Qué tristeza… Qué vergüenza». Los otros –Labajos, Sandino, Galindo– beben en silencio. «Si los polisarios nos hubieran ayudado, al menos…», se lamenta alguien. La placa de madera con los nombres de los muertos, españoles y nativos, ha desaparecido de la pared. Combates viejos que ya nadie recuerda, ni importan.
La suciedad y los muebles rotos se acumulan en las aceras, frente a las casas, y algunas calles, cubiertas de papeles quemados y mojados, despiden un olor insoportable. De patios de cuarteles y oficinas aún se levantan al cielo humaredas de documentos que arden. Bajo la llovizna, innumerables perros abandonados por sus dueños durante la evacuación recorren las calles con el pelo mojado y la mirada lastimera. Todo es desolación. En el cabaret El Oasis, las chicas se han marchado: Silvia, La Franchute. Todas. Ahora sólo hay bingo. Aburridos oficiales y soldados marroquíes sustituyen a los legionarios. Pepe el Bolígrafo, el veterano gerente, me despide con un abrazo y suspira: «Así es la vida, compadre». En los muros de la capital del Sáhara, el sol y las recientes lluvias comienzan a borrar las inscripciones de: «Fuera Marruecos» y «Viva el Frente Polisario» que llenan la ciudad. Colgadas de hilos eléctricos, las banderas saharauis ya son sólo jirones sucios y descoloridos. El Aaiún es una ciudad silenciosamente estrangulada.
Me expulsan de aquí. Soy persona non grata. Ahora mi periódico me envía a Argel y al desierto, por el otro lado. Ésta es mi última crónica desde el Sáhara marroquí. Hace frío. Dentro de tres días será Navidad.
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