Sor …, de la orden de las clarisas se enamoró ciegamente del carpintero del convento. El caso es que el hombre ya tenía tratos con otras dos sores y le pareció que ampliar el cupo solo podía ir en detrimento de su salud y de su tranquilidad. De alguna forma Sor… hizo llegar a la superiora provincial una nota muy reveladora de lo que pasaba en las interioridades del claustro. Cuando la madre superiora del convento fue debidamente reconvenida por la provincial se armó un considerable pandemonium. Piensa quien me contaba la historia que el cabreo de la madre fue mas bien por el coraje de haber sido puenteada mas que por enterarse la última. Las malas lenguas, me dice, consideran que posiblemente ya estaba enterada del asunto.
El caso es que las peleas y los gritos alteraron la paz exquisita de los pasillos y las celdas monacales. Hasta el negocio de repostería se vio afectado por los incidentes que constantemente se producían. El carpintero fue despedido no sin antes recibir una compensación económica en pago de su silencio. Una monja fue exclaustrada a los pocos meses. Otra fue enviada a un convento del sur.
Cuento, realidad? A mi me lo han contado…No diré el lugar.
CASA FUNDADA EN EL 2005. Me dicen que si no tienes un blog no existes. No es que tenga muchas ganas de existir en este mundo sutil de los blogs pero tampoco quiero quedar como un ser extravagante.
27 de agosto de 2007
Segundo cuento de verano
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