Mi bisabuelo “cerraba tratos” en el Café Levante, en la Puerta del Sol de Madrid, a principios del siglo XX. Yo, cien años después mantengo “entrevistas de trabajo” en algunos modernos cafés de Madrid llamados Vips. Han desaparecido o cambiado las palabras profesionales y los peluches rojos de los viejos cafés pero lo esencial sigue permaneciendo: el encuentro entre personas en el espacio neutral de un establecimiento llamado CAFÉ.
Todavía perviven en Madrid algunos de los viejos espacios tan bien relatados literariamente por Galdós, Gomez de la Serna o Cela. El Gijón, lugar de encuentro habitual de los artistas y poetas. El Comercial de los bohemios e intelectuales pobretones y de los jugadores de ajedrez. Están amenazados de muerte por las nuevas fórmulas comerciales. Pero se mantienen dignamente. Incluso surgen a veces establecimientos que copian o imitan las decoraciones de los viejos locales.
Es claro que desaparecieron el Pombo, el Levante y el Lyon. También las especialidades del café-cantante o café-cabaret. Pero en los que se mantienen todavía podemos observar la bruma y el pálpito del pasado. Todo es cuestión de evocar con un viejo libro en las manos aquellos tiempos. Lo que ya no es tan fácil es encontrar los humos de los cigarros, pipas y cigarrillos tan literarios ellos. El Café Comercial cuya foto encabeza estas líneas se ha declarado espacio libre de humos a toda la planta noble. Los fumadores han sido expulsados a las alturas a compartir el espacio con los navegantes de Internet.
Todavía perviven en Madrid algunos de los viejos espacios tan bien relatados literariamente por Galdós, Gomez de la Serna o Cela. El Gijón, lugar de encuentro habitual de los artistas y poetas. El Comercial de los bohemios e intelectuales pobretones y de los jugadores de ajedrez. Están amenazados de muerte por las nuevas fórmulas comerciales. Pero se mantienen dignamente. Incluso surgen a veces establecimientos que copian o imitan las decoraciones de los viejos locales.
Es claro que desaparecieron el Pombo, el Levante y el Lyon. También las especialidades del café-cantante o café-cabaret. Pero en los que se mantienen todavía podemos observar la bruma y el pálpito del pasado. Todo es cuestión de evocar con un viejo libro en las manos aquellos tiempos. Lo que ya no es tan fácil es encontrar los humos de los cigarros, pipas y cigarrillos tan literarios ellos. El Café Comercial cuya foto encabeza estas líneas se ha declarado espacio libre de humos a toda la planta noble. Los fumadores han sido expulsados a las alturas a compartir el espacio con los navegantes de Internet.
ACTUALIZACION 10 OCTUBRE 2008
A la derecha de la foto se ve a un hombre con barbas blanqueadas. Pues bien, ese señor es Tomás Segovia, escritor hispano mexicano- aunque nacido en Valencia- que acaba de recibir uno de los premios mas importantes de poesía que se conceden en España. El Premio Federico García Lorca. Cualquier visitante del Cafe Comercial está acostumbrado a la presencia del poeta que reparte su tiempo en Madrid entre el Parque del Oeste y las mesas del literario café de la Glorieta de Bilbao. Él dice que necesita la atmósfera y los ruidos del café para concentrarse.
Aqui tienen una reseña de la concesión del premio y aqui una entrevista con el poeta.
ACTUALIZACIÓN 9 NOVIEMBRE DE 2011
En el mes de las calaveritas ha muerto el escritor Tomás Segovia. Murió el dia 7 en México. Nació en España y muere en México. Que mejor metáfora para un hombre como él. Ya no contaremos con su presencia en los veladores del Comercial. Descanse en paz.
2 comentarios:
nod ejan fumar en el café bilabdo? Uóoo! :o
Solo en el salon de arriba, donde estan los ordenadores¡¡¡
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