De vuelta a la normalidad después de un largo y cálido verano te abruman los periódicos y las radios con el ruido de una supuesta actualidad que no es mas que la repetición de viejas, muy viejas noticias.
Expulsiones de los gitanos las conocemos desde que algunas tribus del Rajastán decidieron escapar de sus territorios nativos por razones que la historia desconoce y esparcirse por las rutas del viejo mundo occidental. Pragmáticas y reales sanciones han acompañado en su largo destierro a los gitanos haciendo de ellos los chivos expiatorios de sociedades en crisis. Lo que hace Sarkozy en estos momentos con los romas de Rumania y Bulgaria no es nada distinto de lo que monarcas, políticos y policías de Oriente y Occidente han hecho con todo tipo de gitanos desde el siglo XIV. El que ahora Sarkozy- copio literalmente- pretenda “trasladarlos a la frontera "en caso de que amenacen el orden público, carezcan, de modo duradero, de un modo de subsistencia o abusen del derecho a la libre circulación" nos recuerda casi exactamente los preceptos de cientos de reglamentaciones que forman parte de la historia legal europea. A mi en particular me han recordado la famosa ley de “vagos y maleantes” del franquismo. La pena es que lo que hoy hace Sarkozy a despecho de las leyes y las propias normas de la propia UE, tal como le están recordando- un aplauso- desde el Parlamento Europeo, serán mañana normas copiadas con mayor o menor medida por otros muchos estados. De hecho el gobierno italiano de Berlusconi ya las lleva aplicando desde hace mas de un año y a nadie se le ha caido el pelo.
Días atrás, y en prueba de lo viejo del debate, me encontré con esta frase recogida de una carta que Gustave Flaubert dirige a George Sand el 12 de junio de 1867 y que me permito copiar:
“Me he quedado admirado, hace ocho días, delante de un campamento de Bohemios que se habían establecido en Rouen. Esta es la tercera vez que veo uno. Y siempre es un placer. Lo admirable es que excitan el odio de los burgueses, aún cuando sean inofensivos como corderitos. La gente me ha mirado muy mal cuando les he dado unas monedas. Y he oido bonitas palabras al estilo de Prudhomme. Este odio proviene de algo muy profundo y complejo. Es el odio hacia el Beduino, el Hereje, el Filosofo, el Solitario, el Poeta. Hay miedo en este odio. A mi, que siempre estoy con las minorias, este odio me exaspera. El día que no esté indignado me caeré a plomo como una muñeca a la que retiran su bastón.”
El segundo argumento noticiable es la famosa tregua de la ETA. 50 años llevamos con esta película y lo que te rondaré morena. La cantidad de gente que le quiere escribir la carta final a los de la ETA. Empezando por los mismos correligionarios de ideas y terminando por el último plumilla de provincias. Ya es cansino el asunto. Señores de la ETA: háganse ustedes el harakiri por el procedimiento gastronómico de comerse sus capuchas y sus boinas pasadas previamente por la parrilla y déjennos en paz. No enreden mas que con eso lo único que consiguen es mantener a miles de personas- los amenazados y sus propios seguidores- en la eterna rueda de la tragedia y el miedo, al tiempo que una cantidad de otros miles de expertos siguen facturando por sus servicios de análisis y contemplaciones. Ya son ustedes muy poquitos, señores terroristas, como para que el negocio siga dando de si. Que estamos en crisis y que ya es hora de cerrar el chiringuito.
3 comentarios:
Hola Angel. Pues el problema de los gitanos romaníes es todo un problema, y lo peor que puede hacerse es lo que hacen Berlusconi y Sarcozí. La unión Europea debe afrontar políticas serias de integración. políticas sociales.
Gracias por la cita de Flaubert, que es muy pertinente y de actualidad. Ese odio burgués hacia los gitanos se manifiesta hoy, por ejemplo, en todos esos comentarios que inundan los diarios digitales acusándoles de "vagos y maleantes".
A propósito de la película de Gatlif, tal vez le interese una entrevista al director:
http://www.javierortiz.net/voz/samuel/libertad
Saludos.
Gracias Carlos y Samuel por dejar comentarios. No es un problema facil este de los gitanos del Este. Por eso enfrentarlo por el procedimiento clásico y primitivo de la expulsión parece el peor de los caminos.
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