José Hierro. De su libro Alegría(1947).
INTERIOR
Ya nadie sabía que hacer, qué palabra
decir. No quisimos romper el silencio.
Entraba la luz, nos llegaba la luz.
Pero nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir. Cada uno miraba sus manos,
cada uno tenía sus manos mojadas de sombra.
Arriba en la abierta ventana, de cara al poniente,
seguía él mirando.
Ya nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir. Nadie quiso mirarle la frente dorada
donde pronto la luz, como un zumo de fruta, se haría
violeta.
Cada uno miraba sus manos.
Cada uno sabía que él pronto vendría
con la tarde en los ojos abiertos
y en sus labios, temblando, la bella palabra.
Arriba en la abierta ventana,
de cara al poniente, seguía él mirando.
Y ya nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir, de qué modo anhelar,
cómo hablar sin romper antes que él el divino silencio.
CASA FUNDADA EN EL 2005. Me dicen que si no tienes un blog no existes. No es que tenga muchas ganas de existir en este mundo sutil de los blogs pero tampoco quiero quedar como un ser extravagante.
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