¿Sabes quien se ha muerto? . Umbral. No, no, me refería Antonio Puerta.
En la jerarquía de la muerte un futbolista se ha colocado por encima de un escritor. Veo los telediarios. En la Primera, los titulares son para el sevillano. Para Umbral, una pequeña entradilla y un pequeño reportaje posterior. En las radios lo mismo. En la web ni te digo.
Yo no se quien es Puerta. Parece que ha muerto con las botas, de futbol, puestas. No se si con el mismo heroismo que el sevillano Joselito en Talavera o del cordobés Manolete en Linares. El caso es que la muerte de este deportista parece haber despertado el mismo entusiasmo fúnebre que aquellos mitos del toreo. Como si el futbol fuese el heredero de las glorias públicas del arte de Cuchares.
La muerte de Umbral ha quedado tapada por la tragedia del futbolista. Él que tantas lineas dedicó a los toreros de tronío, a las damas del folklore y a los futbolistas guapetones, no es hoy el protagonista del viejo rito de entierro de heroe popular. No ha tenido la suerte de Larra a quien tanto quería. Ni siquiera la de Galdós a quien tanto desquería.
Mala suerte, morirse como un segundón.
Mala suerte la de nuestro pais que prefiere antes a un atleta que a un creador.
Lo siento por Puerta. Lo siento por Umbral. Pero sobre todo lo siento por España.
Ay, pero qué gran entrada, don! Pero de qué se sorprende ud, lo que tira es la tragedia épica, y nada mejor que un chico sanote y deportista que se desploma ante las cámaras y que, además, deja mujer y crío. El niño vive y el viejo muere, me parece justo. De qué peli era esa frase? En fin, que es muy temprano, no me haga caso.
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